Astiz, de 59 años, quien llegó preso al juicio, está acusado de cinco homicidios, 12 privaciones ilegales de libertad y por tormentos agravados perpetrados en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
La ESMA, convertida hoy en museo de la memoria, fue uno de los más emblemáticos centros de exterminio de la dictadura, por donde pasaron 5.000 prisioneros, de los que sobrevivieron solo cien.
La Fiscalía y las querellas pidieron prisión perpetua para el excapitán de la Marina mientras que la defensa solicitó su absolución alegando “obediencia debida”.
“Esto no es un juicio, es persecución por motivos políticos. ¡Que me juzgue un tribunal militar y va a aparecer la verdad!”, afirmó Astiz en su alegato final.
“Astiz me da náuseas. Después de escuchar que no está arrepentido y que lo volvería a hacer, y de ver su mirada desafiante, no puedo más que esperar las más altas condenas para él y para todos”, expresó Horacio Méndez Carreras, abogado de las familias de las monjas francesas, antes del veredicto.
El excapitán está acusado del secuestro de 12 personas en diciembre de 1977, en un operativo represivo conocido como el grupo de la Santa Cruz, en referencia a la iglesia porteña de donde fueron llevados la mayoría de ellos.
Entre las víctimas, torturadas en la ESMA y luego arrojadas vivas al mar, figuran la fundadora de Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor, y las monjas francesas Léonie Duquet y Alice Domon.