Esquimalt, Canadá. AFP. Un barco de carga con cientos de tamiles de Sri Lanka en busca de asilo llegaron ayer a Canadá, mientras el país se debate entre su tradicional bienvenida a los refugiados y el temor de volverse en destino mundial de migrantes indeseables.
Funcionarios canadienses, con mascarillas faciales como precaución por enfermedades, esperaban en el muelle cuando el buque MV Sun Sea llegó a la base naval de Esquimalt, en la isla de Vancouver (costa del Pacífico), escoltado por una fragata y helicópteros de la Policía federal.
Según medios de prensa canadienses, muchos migrantes podrían estar enfermos después de un viaje de más de tres meses desde Tailandia y una escala en Australia, que se negó a recibirlos.
Una flota de autobuses con vidrios oscuros llevó a los refugiados a lugares seguros.
Funcionarios provinciales de Columbia Británica confirmaron que los hospitales y las cárceles se estaban preparando para recibir los inmigrantes; incluyendo mujeres y niños. Los tamiles se someterán luego a un procedimiento de verificación de identidad que puede durar varios meses.
El ministro canadiense de Seguridad Pública, Vic Toews, dijo que a bordo del barco había 490 personas que querían solicitar asilo.
Canadá tomó control del buque la noche del jueves, cuando este ingresó en sus aguas territoriales frente a la isla de Vancouver.
Temor terrorista. La autoridades canadienses temen que miembros de los Tigres Tamiles, una organización terrorista según el Gobierno, se oculten entre los refugiados.
Esta tesis es apoyada activamente por el gobierno de Colombo y su embajadora en Ottawa.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Sri Lanka dijo ayer que espera que Canadá haga una investigación para establecer la identidad de los pasajeros del Sea Sun .
“Informamos a Canadá nuestras preocupaciones y que las personas a bordo podrían estar relacionadas con los LTTE, los Tigres de Liberación del Eelam Tamil”, dijo un portavoz del Ministerio.
En mayo del 2009, el Ejército de Sri Lanka declaró su victoria contra los rebeldes separatistas tamiles, poniendo fin a 37 años de guerra que causaron 80.000 y 100.000 muertes. En su lucha por una patria tamil independiente, el grupo fue conocido por sus atentados suicidas y uso de niños soldados.
En Canadá, la llegada del buque reavivó la pugna por la amigable política de inmigración del país, cuyo gobierno conservador se niega dar la bienvenida a personas que puedan suponer un riesgo a la seguridad. Una de las tesis clave es devolverlos a la nave.