París. EFE. El exdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI) Dominique Strauss-Kahn pasó ayer la noche en un calabozo de Lille, en el norte de Francia, donde se le interrogó por su presunta relación con una red de proxenetismo y un delito de desvío de fondos.
Esta fue la segunda vez que Strauss-Kahn, de 62 años, durmió entre rejas después de que en mayo del 2011 fuera detenido y enviado a prisión en EE. UU., donde permaneció una semana, tras haber sido acusado de violación por la empleada de un hotel neoyorquino.
Strauss-Kahn llegó a la Gendarmería de Lille a primera hora de la mañana y permaneció allí toda la jornada, hasta que un juez decidió prolongar su arresto para proseguir con el interrogatorio hoy.
Al término del interrogatorio, el magistrado puede decidir la liberación sin cargos de Strauss-Kahn o su procesamiento por proxenetismo y desvío de fondos, delitos por los que puede llegar a ser condenado hasta a 20 años de prisión.
La Justicia investiga encuentros sexuales en los que Strauss-Kahn, quien es casado, participó junto con empresarios franceses y amigos en París, Bruselas, Lille y Washington, sede del FMI. La última de las fiestas fue en la capital estadounidense la víspera de su detención en Nueva York.
Strauss-Kahn reconoció haber estado en esas fiestas, pero negó conocer que las mujeres que participaban en ellas fueran prostitutas.
Una de las prostitutas contratadas para algunas de esas juergas, según consta en el expediente, consideró “casi imposible” que Strauss-Kahn desconociera que cobraba por sus servicios.