WASHINGTON. AFP. El presidente de la Cámara Baja de EUA., el republicano John Boehner, descartó ayer que los recortes presupuestarios de 85.000 millones de dólares vayan a detenerse pronto.
El líder republicano en las negociaciones sobre el presupuesto con la Casa Blanca se mostró evasivo a trabajar con el presidente, Barack Obama, en un acuerdo que detenga los recortes puestos en marcha el viernes anterior y que se aplicarán progresivamente hasta el 1°. de octubre.
“No creo que en este punto nadie sepa cómo puede resolverse”, dijo Boehner, quien se mostró escéptico ante las proyecciones de la Casa Blanca de que la medida, implementada ante la falta de un acuerdo bipartidista para reducir el gasto, destruirá cientos de miles de puestos de trabajo.
“No sé si esto va a dañar la economía o no. No creo que nadie entienda bien cómo va a funcionar el secuestro”, indicó el republicano.
Boehner aseguró que la Cámara de Representantes votará la próxima semana para extender la resolución presupuestaria temporal que Obama firmó el pasado 28 de setiembre para otros seis meses, y evitar así que varias agencias gubernamentales tengan que cerrar sus puertas temporalmente.
Según el asesor económico Gene Sperling, el mandatario Obama urgió este sábado al Congreso a trabajar con él en un acuerdo para frenar la implementación de los recortes, y a lo largo del día telefoneó a varios líderes demócratas y republicanos del legislativo para realizar un consenso.
Sperling reconoció que el impacto de los recortes no se sentirá de forma inmediata, sino que será un proceso lento, pero advirtió de que a mediano plazo “dañará a muchas comunidades que dependen del gasto militar”.
“Cuando tienes ese tipo de brutales recortes del gasto en un periodo tan concentrado, es como decirle a alguien: ‘puedes cortarte tres de tus dedos, pero tienes la flexibilidad de elegir cuáles quieres cortar’”, ironizó el asesor.
Obama aboga por un enfoque más equilibrado para reducir el gasto y abordar el problema del déficit. Además, acepta la idea de reformar programas sociales, como pretenden los republicanos, pero insiste en nuevos ingresos con la eliminación de algunas de las que se benefician los ricos.