A supporter of Syrian President Bashar al-Assad (portrait) holds a sign reading in Arabic: "While other peoples burn themselves to isolate their presidents, we burn ourselves to keep Assad as our leader" during a demonstration in the southern Lebanese city of Nabatiyeh, to celebrate the anniversary of Syria's ruling Baath Party on April 8, 2012. Syria demanded guarantees on April 8, that armed groups cease fire before withdrawing its troops from protest hubs as agreed with special envoy Kofi Annan, even as a UN truce deadline loomed. AFP PHOTO / MAHMOUD ZAYYAT (MAHMOUD ZAYYAT)
Damasco. AFP. El régimen del presidente sirio, Bashar al-Asad, anunció ayer que no retirará sus tropas de las ciudades hasta que no disponga de “garantías escritas” por parte de la oposición, cuando faltaban dos días para la fecha límite fijada por la ONU.
Kofi Annan, emisario especial de la ONU y de la Liga Árabe sobre Siria, se declaró “horrorizado por las recientes informaciones sobre un aumento de la violencia y las atrocidades en varias ciudades y pueblos de Siria”, y pidió en un comunicado al Gobierno sirio que cumpla con sus compromisos.
La violencia se intensificó en los últimos días, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Ayer, las fuerzas de seguridad seguían atacando bastiones rebeldes y luchando contra los desertores. El Observatorio informó de que murieron al menos 51 personas y que unas 200 fueron arrestadas en los allanamientos efectuados en diversos puntos del país.
“Decir que Siria va a retirar sus fuerzas de las ciudades el 10 de abril es inexacto. Kofi Annan no ha presentado aún garantías escritas de que los grupos terroristas armados vayan a detener cualquier forma de violencia”, aseguró el Ministerio de Relaciones Exteriores sirio en un comunicado.
“Annan tampoco presentó compromisos escritos de los gobiernos de Catar, Arabia Saudí y Turquía sobre el cese de su financiación a grupos terroristas”, añade el Ministerio, a la vez que dice estar dispuesto a seguir cooperando con Annan.
Turquía, Catar y Arabia Saudí han apoyado a la oposición en los últimos meses; los dos últimos, incluso, se declararon a favor de enviar armas a los rebeldes.
Presión internacional. El portavoz de la cancillería francesa, Bernard Valero, deploró ayer que, “después de que el régimen haya anunciado que aceptaba el plan de Annan y propuesto la fecha del 10 de abril para retirar sus tropas y sus armas pesadas de los centros urbanos, ahora formula nuevas exigencias inaceptables”.
El plan de salida de la crisis presentado por Annan, que Damasco había aceptado el 2 de abril y la ONU ratificó el jueves, prevé que el Ejército se retire de las ciudades mañana por la mañana para permitir un cese total de la violencia 48 horas más tarde.
“Siria no va a repetir lo que ocurrió durante la presencia de los observadores árabes, cuando las fuerzas armadas salieron de las ciudades, lo cual permitió a los grupos terroristas armados reorganizarse y rearmarse para controlar barrios enteros”, insiste el texto.
La Liga Árabe había desplegado a finales de diciembre observadores que debían supervisar la aplicación de otro plan de salida de crisis, pero se limitaron a observar un recrudecimiento de la violencia .
La oposición , considerada por el régimen como “grupos terroristas armados”, se muestra escéptica sobre las intenciones del poder.