La Paz (AP). Centenares de policías antimotines fueron desplegados hoy para nuevamente intentar despejar una carretera tomada por pobladores que el viernes ofrecieron resistencia a los agentes, registrándose varios heridos entre ellos ocho policías y un joven que está con muerte cerebral, informaron autoridades.
El ministro de Gobierno, Sacha Llorenti en una rueda de prensa desmintió hoy al dirigente campesino Juan Barea quien aseguró que un estudiante había muerto tras resultar herido en la cabeza con un balín de goma. En el Hospital de Clínicas donde fue ingresado, se informó a la AP que el joven tiene muerte cerebral por un impacto en la nuca.
Llorenti informó que un sargento de la policía resultó gravemente herido con un disparo en el abdomen cuando despejaba la ruta el sábado.
“Esta no es un protesta social, es una acción política armada y los responsables de haber jalado de gatillos serán detenidos y llevados a la justicia”, dijo Llorenti y aseguró que la calma retorna de a poco a la localidad de Caranavi, 100 kilómetros al norte de La Paz.
Pobladores e indígenas de Caranavi tomaron la ruta hace 12 días en protesta contra una decisión del gobierno de instalar una planta procesadora de cítricos en una localidad vecina y no en esa población, como habría sido el compromiso inicial.
El ministro informó que las autoridades invitaron a dialogar a dirigentes de dos localidades pero que éstos rechazaron la convocatoria.
Además del sargento de policía, otros siete agentes fueron heridos, tres a bala, entre ellos el comandante de La Paz, coronel Ciro Farfán, según dijo en la misma rueda de prensa el máximo jefe policial, general Oscar Nina, quien señaló que los agentes fueron recibidos a balazos y con dinamita.
Nina aseguró que el tráfico se restablece de a poco en la carretera.
El viernes unos 700 policías intentaron despejar la ruta y en gran parte lo consiguieron pero encontraron resistencia. Incluso, los manifestantes quemaron el comando policial en esa población, dijo Nina.
El gobierno se había negado a intervenir bajo el argumento de que se trata de una disputa entre dos poblaciones por la ubicación de la planta de cítricos.
El conflicto dejó desabastecidas de alimentos y combustibles a una decena de poblaciones en esa región.
En tanto, la Central Obrera Boliviana (COB) mantiene su convocatoria a una huelga por tiempo indefinido a partir del lunes y una marcha hasta La Paz para reclamar mejoras salariales.
Cerca de medio centenar de dirigentes obreros se hallan en huelga de hambre desde hace nueve días, en demanda de un aumento salarial superior al 5% dispuesto por el gobierno.
El vicepresidente Alvaro García dijo ayer que se trata de un movimiento “contrarrevolucionario”.