EscucharWashington
El Senado estadounidense se otorgó el sábado cuatro días más para adoptar la ley de finanzas de 2015 tras una obstrucción simbólica de varios senadores republicanos del Tea Party que, sin embargo, no amenaza al estado federal de parálisis.
Los senadores, reunidos el sábado en sesión extraordinaria, adoptaron sin voto una medida técnica para aplazar la fecha límite de aprobación del proyecto de presupuesto de $1,014 billones.
Los senadores, que debían aprobar el proyecto antes de la medianoche del sábado para evitar un cierre parcial y provisorio de las instituciones federales, tendrán ahora plazo hasta el miércoles a la misma hora.
:quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gruponacion/BIXIR74N6RCRVEMDSVHWW3NFJI.jpg)
"Lamentablemente, un pequeño grupo de republicanos del Senado ha decidido que es de su interés político tomar como rehén a esta ley", sostuvo el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, ante la cámara, señalando al senador Ted Cruz, de Texas, como el responsable del retraso. | AFP (ALEX WONG)
La Cámara de Representantes adoptó en la noche del jueves esta ley de finanzas válida hasta septiembre de 2015. Pero, sin la adopción de la cámara alta del Congreso, el estado federal no puede funcionar legalmente.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, y el de la minoría republicana Mitch McConnell esperaban que un acuerdo fuera alcanzado el viernes, pero los conservadores reclamaron introducir una enmienda para poder bloquear el plan del presidente Barack Obama para regularizar a millones de inmigrantes indocumentados.
"Lamentablemente, un pequeño grupo de republicanos del Senado ha decidido que es de su interés político tomar como rehén a esta ley", sostuvo Reid el sábado ante la cámara, señalando al senador Ted Cruz, de Texas, como el responsable del retraso.
Los demócratas acusan al conservador Ted Cruz de haber provocado la parálisis presupuestaria del año pasado.
En octubre 2013, en medio de una feroz batalla parlamentaria, las administraciones federales se vieron obligadas a mandar a sus casas a cientos de miles de funcionarios federales durante 16 días, hasta que se alcanzara un compromiso presupuestario.
