El sábado, en esa ciudad, un hombre de 22 años provocó un tiroteo en el cual murieron seis personas y 14 resultaron heridas, entre ellas la congresista demócrata Gabrielle Giffords.
Aunque el video de ocho minutos expuesto por Palin en su página de Facebook tenía el propósito de aclarar su posición y desvincularse de ese suceso, la simple mención a “un libelo sangriento”, una frase históricamente utilizada para justificar el antisemitismo, ha tenido el efecto de agudizar la polémica y profundizar el abismo entre la famosa política de Alaska y sus detractores.
Las palabras de Palin desataron una tormenta en Internet, donde durante horas se mantuvo un tráfico intenso sobre la intención de la exgobernadora al utilizar unas palabras que, como mínimo, representan una ofensa para los judíos y una comparación inoportuna con el principal objetivo del ataque de Tucson, la congresista Giffords, quien es judía.
“Libelo sangriento” es el término que se acuñó para referirse a la acusación que en la Edad Medía se hacía contra los judíos de matar a niños cristianos para usar su sangre en rituales religiosos. Es uno de los pretextos ancestralmente utilizados para justificar la persecución de los judíos.
“Los periodistas y los analistas no deberían fabricar un libelo sangriento que solo sirve para incitar el odio y la violencia que pretenden condenar”, dijo Palin.
La utilización de esa frase en estas circunstancias ha anulado cualquier esfuerzo que Palin pretendiera para desmarcarse del episodio de Arizona. Atentados como el del sábado “empiezan y terminan con los criminales que los cometen” y no se puede achacar “ una responsabilidad colectiva a todos los ciudadanos de un estado (...) que ejercen sus derechos asistiendo a mítines políticos”, declaró.
En su campaña por la vicepresidencia, el sitio de Internet de Palin marcó con el dibujo de una mira telescópica los distritos “blanco” político, entre ellos estaba el distrito de Gifford. Este gráfico tenía el título “No se retiren, recarguen” (reload, en inglés se refiere a recargar armas de fuego).
Aunque Palin duda de que el clima político actual esté más penetrado por el odio que en el pasado, confía en que “salgamos de esto más fuertes y más unidos en el deseo de implicarnos pacíficamente en el gran debate de nuestro tiempo”.