Moscú. EFE. La rusa Yekaterina Samutsévich, una de las tres integrantes del grupo musical Pussy Riot condenadas a dos años de prisión, volvió ayer a su casa tras quedar en libertad condicional, mientras que sus compañeras tendrán que cumplir íntegra su pena.
“Estoy muy contenta y ahora quiero descansar”, dijo Samutsévich a la salida del juzgado, donde la esperaban su padre y su hermana. La joven evitó hablarle a la prensa.
Así lo resolvió el Tribunal Municipal de Moscú, que vio el recurso contra la sentencia que condenó a tres ingregrantes de la banda punk por “vandalismo motivado por odio religioso” después de que fueran detenidas por cantar contra el presidente ruso, Vladimir Putin, en el principal templo de la Iglesia ortodoxa rusa.
“El tribunal estima que Samutsévitch puede enmendar su conducta sin ser aislada de la sociedad”, dijo la portavoz oficial de la corte, Anna Usacheva.
Samutsévich cambió de abogados defensores el 1.° de octubre, en la primera vista del recurso contra la sentencia.
La nueva letrada de la liberada, Irina Jrunova, explicó el motivo que, cree, llevó a la liberación: su defendida fue arrestada solo 15 segundos luego de entrar al templo.
“En 15 segundos no le dio tiempo a hacer nada. El tribunal atendió nuestros argumentos”, agregó.
Mientras, la magistrada dejó en firme la sentencia de cárcel a las otras dos jóvenes: Nadezhda Tolokónnikova y María Aliójina.
El defensor de las otras dos condenadas, Mark Feiguín, aseguró que recurrirá tanto la condena a prisión como la resolución del Tribunal de Moscú sobre el recurso.
También la abogada de Samutsévich recurrirá la resolución judicial toda vez que la Justicia no declaró la inocencia de su defendida a pesar de ponerla en libertad, algo en lo que Samutsévich insiste.