Brasilia. AFP. La candidata presidencial oficialista Dilma Rousseff encabezaba el escrutinio de las elecciones de ayer en Brasil con 46% de los votos con 93% contabilizado, según datos oficiales, una cifra que según analistas presagia una segunda vuelta electoral a fines de octubre.
El escrutinio oficial muestra hasta el momento un votación de 33% para el candidato socialdemócrata José Serra (PSDB-centroizquierda), y una votación mayor a lo previsto de la ambientalista Marina Silva, que daba la sorpresa con 19,8% de los votos.
El primer sondeo a boca de urna daba a Rousseff 51% de los votos, pero el margen de error de 2% no permitía determinar si la elección sería dirimida ayer.
El resultado de Silva explicaría el registro peor de lo esperado de Rousseff, candidata del Partido de los Trabajadores (PT-izquierda).
El politólogo Carlos Alberto de Melo estimó que el escenario de una segunda vuelta está casi confirmado.
La gran entre la votación a Rousseff y lo que preveían los sondeos antes de los comicios se debe a que “no se contaba con la votación a Marina Silva”.
“Creo que se trata un poco de voto de protesta de un sector del electorado que no se convencía ni con Dilma (Rousseff) ni con (José) Serra. (...) Y finalmente acababa votando a Marina tal vez para ganar tiempo y forzar un segundo turno”, explicó de Melo, profesor del Instituto de Enseñanza e Investigaciones Insper, un centro de análisis de Sao Paulo.
Para ser declarada vencedora en primera vuelta, Rousseff debería conseguir el 50% de los votos válidos (todos menos los nulos y en blanco) más uno.
En caso de que ningún candidato consiga esa cifra, los dos primeros colocados disputarán un balotaje el 31 de octubre.
De confirmarse el actual escenario que marca el escrutinio, se trataría de la exjefa de gabinete Dilma Rousseff de 62 años, y del exgobernador de Sao Paulo José Serra, de 68 años.
En total, más de 135 millones de personas participaron ayer.
Como Brasil utiliza en todos el país desde hace más de una década un dispositivo electrónico llamado 'urna electrónica', el TSE esperaba estar en condiciones de anunciar el resultado oficial final del escrutinio en pocas horas.
Tranquilidad. El presidente del TSE, Ricardo Lewandowski, dijo que Brasil tuvo “unas elecciones tranquilas, con poquísimos incidentes y sin episodios de violencia. La elección en este inmenso país continental está terminando en un clima de absoluta tranquilidad, total normalidad y fiesta cívica”.
El popular presidente Lula votó en la mañana en la ciudad de Sao Bernado do Campo, en la periferia de Sao Paulo, donde comenzó su carrera de líder sindical, al tiempo que Rousseff emitió su voto en una escuela de la ciudad de Porto Alegre (Rio Grande do Sul).
Lula destacó que Brasil está “viviendo un momento extraordinario de consolidación de la democracia” y de “madurez política”.
Por su parte, el opositor socialdemócrata Serra votó en una escuela en Sao Paulo, al tiempo que Marina Silva lo hizo en Río Branco, capital del estado de Acre, en la región amazónica.
Los electores brasileños escogen a la persona que sucederá a Lula en el Palacio de Planalto, así como a 26 gobernadores estatales y del Distrito Federal, en tanto renovarán prácticamente todo el Congreso nacional y las asambleas legislativas estatales.
Para ocupar esos cargos se presentan en todo el país más de 22.000 candidatos, de los cuales nueve aspiran al sillón presidencial.
Cerca de 650 personas fueron detenidas, de estos 43 candidatos, el domingo por hacer campaña o por irregularidades como intentar comprar el voto, informó el titular del TSE.
Más de 200.000 brasileños emitieron su voto en el exterior.