Qingshuihe (QinghÁi), China. AFP. Los operaciones de socorro por el terremoto de anteayer, que dejó más de 600 muertos y unos 10.000 heridos en la provincia de Qinghái, se ven complicadas por la falta de oxígeno debido a la elevada altitud.
La prefectura de Yushu, epicentro del sismo, se sitúa en la meseta tibetana, conocida como el “techo del mundo”, a una altitud media de 4.000 metros sobre el nivel del mar.
“Estas operaciones enfrentan numerosas dificultades. La primera es que la zona del sismo se encuentra a gran altitud, tanto los socorristas como lo perros tienen un problema de adaptación a la altura”, declaró ayer Miao Chonggang, uno de los responsables de los servicios de urgencias sísmicas.
Las tareas a gran altitud “son mucho más exigentes física y técnicamente, debido a la escasez de oxígeno”, explicó He Xiong, jefe del Centro de Prevención y de Control de las Enfermedades de Pekín, citado por el diario China Daily.
La cantidad de oxígeno en la prefectura de Yushu, en la región del Himalaya, puede ser menor en un tercio o incluso la mitad en comparación con el nivel del mar, según el diario, que cita cifras oficiales.
El Ejército chino envió al lugar a 100 paracaidistas y otros 1.500 efectivos para participar en las operaciones de socorro y búsqueda de supervivientes. También se desplegaron más de 6.000 soldados.
Según el último balance, aún provisional, anunciado por el canal estatal chino CCTV, el sismo dejó 617 muertos y más de 9.000 heridos, 970 de ellos en estado grave. El balance puede subir dado que muchas personas seguían sepultadas.
Según Wang Yubo, responsable provincial de Educación, al menos 11 escuelas se derrumbaron y causaron la muerte de 66 alumnos.
Esto recuerda el doloroso precedente del terremoto de Sichuan, en mayo del 2008, cuando murieron miles de niños por el desplome de colegios y escuelas.
El salvamento se ve también obstaculizado por el estado de las vías y las redes de electricidad y telecomunicaciones, dañadas por el sismo y numerosos réplicas y corrimientos de tierra.
Casi todas las casas de la localidad de Jiegu quedaron destruidas por el sismo de 6,9 grados de magnitud. Más del 85% de edificios de esa ciudad se cayeron y unas 100.000 personas perdieron sus hogares.