Tegucigalpa. AFP . El incendio en un penal hondureño que dejó 360 reos muertos, fue accidental, causado posiblemente por un cigarro, afirmaron ayer el ministro de Seguridad, Pompeyo Bonilla, y la Fiscalía, en un informe preliminar de la tragedia ocurrida el 14 de febrero.
“Lo preliminar que tenemos es un accidente, se descarta completamente que haya habido mano criminal y cortocircuito”, como señalaron algunas versiones, afirmó Bonilla, quien dijo esperar el resultado de la investigación que realizan expertos estadounidenses.
El ministro señaló como posible causa que los reos “estaban fumando en un colchón inflamable y se inicia la primera llama, toma fuego el lugar, hay hacinamiento” y se propaga rápidamente.
Por su parte, el fiscal general de Honduras, Luis Rubí, dijo que “esa hipótesis es la predominante en este momento, según las numerosas declaraciones de los testigos”.
Familiares de las víctimas del incendio dijeron haber visto cadáveres que tenían perforaciones de bala e insistían en versiones de que los policías del penal habían rociado gasolina para provocar el incendio y facilitar una fuga, por lo que habían recibido un pago.
Rubí descartó impactos de bala como causa de muerte tras ser practicadas –hasta ayer– 277 autopsias del total de 360 cuerpos.
El presidente Porfirio Lobo dijo ayer que indultará al reo Marco Antonio Bonilla, por salvar a varios reclusos durante el voraz incendio.