La más elaborada está en manos de Daniel Narezo, dueño de Perón-Perón, un bar temático en el barrio turístico de Palermo en Buenos Aires que, a pocos metros de la entrada, sorprende con una especie de altar en honor a Evita Perón.
“Tenemos cuatro variedades: la rubia Evita y la negra 17, que recuerda a los obreros que salieron a las calles masivamente en octubre de 1945 a apoyar al entonces detenido coronel Juan Perón”, explicó Narezo. A ellas se suman “la cerveza Montonera, en homenaje al grupo armado de la izquierda peronista de los años 1970, y la Doble K, una extrafuerte para la pareja del fallecido expresidente Néstor Kirchner y su esposa y sucesora Cristina”.
La cerveza peronista también se puede conseguir en el bar de la sede de la organización humanitaria Madres de Plaza de Mayo, en comercios especializados en cervezas y a través de Internet.
La web y las redes sociales también son claves para la venta de “Hipólita”, la cerveza de los seguidores de la UCR. Leandro Villani, uno de sus fabricantes, reconoce que la cerveza se ha transformado en una excusa para acercar jóvenes a un partido que quedó en crisis tras la renuncia a la presidencia de Fernando de la Rúa (1999-2001).