“No. No firmaré una orden de esa naturaleza porque soy socialista. Compadezco a Tarek Aziz pues es un cristiano iraquí. Es una persona mayor que tiene más de 70 años. Por esa razón nunca firmaré esa orden de ejecución”, declaró el presidente iraquí de origen curdo durante una entrevista al canal de televisión francés France 24.
El 26 de octubre la Corte Suprema condenó a muerte a Tarek Aziz por su papel en la eliminación de partidos religiosos. A los 74 años y con problemas de salud, Tarek Aziz está en la cárcel desde que se entregó en abril del 2003, tras la invasión del ejército estadounidense en Iraq.
Tarek Aziz fue condenado a muerte al mismo tiempo que otros dos pilares del regimen de Sadam Husein, el exministro del Interior, Saadun Shaker y el exsecretario del dictador, Abed Hmud.
La justicia iraquí le reprocha su papel en la represión contra la mayoría chiita de Iraq que se llevó a cabo tras un intento de asesinato de Sadam Husein en 1982 en la ciudad de Dujail, al norte de Bagdad.
Sadam Husein, ahorcado en el 2006, había sido condenado por ejecuciones perpetradas en represalia por ese mismo atentado.
Talabani subrayó que Iraq necesita una política de “clemencia, de perdón y de reconciliación nacional”.
La ONU, el Vaticano, Rusia y Polonia, entre otros países, pidieron que Tarek Aziz no sea ejecutado.