Saná. AFP. El presidente yemení, Alí Abdalá Saleh, aseveró ayer ante una multitud de partidarios en Saná que está dispuesto a “resistir” en su puesto, tras el fracaso de las negociaciones con el general disidente Mohsen Alí al-Ahmar.
Soldados del Ejército, que patrullan las calles en la capital, tuvieron que disparar al aire para impedir a los manifestantes pro-Saleh que se acercaran al grupo de opositores congregados en la plaza de la Universidad, sede de una protesta permanente desde hace un mes para reclamar su salida.
En un discurso, el jefe del Estado aseguró que no está dispuesto a ceder el poder “a una minoría” ni a opositores que calificó de “aventureros y conspiradores”.
La aparición del presidente Saleh, debilitado por defecciones en el Ejército, en las tribus, en la élite religiosa y en su propio partido, se produjo un día después del fracaso de un intento de conciliación con el hombre fuerte de las Fuerzas Armadas, que se sumó a la rebelión.
Según una fuente cercana a las discusiones de conciliación, el encuentro del jueves en la noche entre el presidente y el general Mohsen Alí al-Ahmar “no logró resolver la crisis ni acercar los puntos de vista de las dos partes”.