“Yo tuve la oportunidad de estar muy cerca de Benedicto XVI en octubre y le aseguro que lo que él dice sobre su situación de salud y debilidad personal es clarísimo”.
Así se refirió ayer el presbítero costarricense Mauricio Víquez a la histórica renuncia de Benedicto XVI, decisión que hoy tiene a los cardenales electores ante la tarea de elegir a un nuevo líder de la Iglesia católica.
“Nadie puede dudar que 86 años pesan en cualquier persona, máxime con una gran responsabilidad. Yo lo tuve a cinco metros y es clarísimo que lo que él decía sobre su situación de salud era la gran razón de su renuncia”, respondió a la pregunta de un lector ayer en un chat realizado en nacion.com.
El lector hacía alusión a los rumores que circulan sobre la renuncia, los cuales afirman que el Papa dejó el cargo por conflictos en el seno del Vaticano, especialmente con los cardenales italianos.
Los cibernautas también aprovecharon para despejar dudas sobre el cónclave que principió ayer y que hoy continuará con la realización de cuatro votaciones.
“Durante el último siglo, el número máximo ha sido de cuatro días, de modo que han sido cónclaves rápidos. Se prevé que este no vaya a ser largo, a pesar de que se deben conseguir los dos tercios de los votos (77). Yo pienso que de aquí al jueves ya tendremos papa”, afirmó Víquez en referencia a la duración del encuentro de purpurados.
Sobre los llamados “papables”, el sacerdote aclaró que en realidad todos los cardenales pueden resultar electos, pero hay algunos que sobresalen en la opinión pública por ser “especialmente relevantes”. Sin embargo, continuó, “una cosa es hacia afuera y otra hacia adentro, y no sabemos dónde están concentradas las simpatías de los electores”.
También comentó por qué Costa Rica no cuenta con un cardenal. “La elección de los cardenales se basa en méritos personales, ya sea por su formación, por su vida pública... O tal vez los son porque son obispos de diócesis que tradicionalmente han sido sedes cardenalicias”, explicó.