Lisboa (AFP). “¿Y ahora qué?” La dimisión ayer del primer ministro socialista José Sócrates sumerge a Portugal en la más absoluta incertidumbre, tanto en el plano político como económico, que a breve plazo puede colocar al país bajo tutela.
Tal como lo prometió, Sócrates presentó el miércoles su dimisión, menos de dos horas después de que el parlamento rechazara su nuevo programa de austeridad, y auguró “consecuencias gravísimas” para el país.
Inmediatamente, todos los partidos pidieron una rápida convocatoria de elecciones anticipadas, cuyo resultado es incierto ya que la derecha, incluso unida, no tiene asegurada una mayoría absoluta.
El miércoles por la noche, el presidente de centroderecha Anibal Cavaco Silva anunció que recibiría el viernes a los partidos políticos, etapa previa impuesta por la Constitución antes de la disolución del parlamento.
Hasta entonces, “el primer ministro se mantiene plenamente en sus funciones”, subrayó la presidencia. José Sócrates acude este jueves a Bruselas para una cumbre europea, cuyo orden del día quedará sin duda trastornado por la crisis portuguesa, que corre el riesgo de volver a desestabilizar la zona euro.
Desde hace meses, Portugal es considerado por los mercados como el próximo candidato a recibir un apoyo financiero de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional (FMI), después de Grecia e Irlanda.
La inestablidad política hace más urgente una intervención exterior para evitar la bancarrota del país, y el riesgo de un efecto dominó que se extienda a otros países aún frágiles, como España.
El jueves, los analistas se preguntaban sobre la posibilidad de que el gobierno dimisionario negocie una ayuda internacional, algo a lo que Sócrates se negó durante meses, alegando que ello sería “profundamente negativo para la imagen, el prestigio y la reputación nacional”.
El miércoles, el jefe de fila de los ministros de finanzas de la zona euro, Jean-Claude Juncker insistió que una eventual ayuda a Portugal sólo podría efectuarse “bajo estrictas condiciones”, es decir, severas medidas de austeridad a las que Sócrates ya no puede comprometerse.
Hoy, el jefe del Partido social-demócrata (PSD, centroderecha), Pedro Passos Coelho, considerado favorito en caso de elecciones, asiste en Bruselas a una cumbre de dirigentes del Partido Popular europeo (PPE, conservador).
En esta reunión, intentará sin duda convencer a sus afines políticos y posibles futuros socios –entre ellos la canciller alemana Angela Merkel– que se comprometería a respetar las exigencias impuestas por un rescate financiero".
Antes de esa reunión del PPE, Passos Coelho dijo sin embargo esperar que “Portugal evitará un plan de rescate”.
“Espero que de las próximas elecciones saldrá un gobierno mas fuerte, capaz de controlar el déficit con un programa de consolidación presupuestaria mas severo que el que teníamos” con Sócrates, afirmó.
El importe de un eventual rescate a Portugal había sido calculado el otoño boreal pasado a unos 50.000 millones de euros ($70.000 millones). Pero luego un responsable europeo elevó la cifra a unos 100.000 millones ($140.000 millones).
Passos Coelho debe asimismo comprometerse a constituir un “gobierno de mayoría ampliada”, abogando por un “consenso” al que sin embargo parece difícil llegarse.
“Sócrates perdió la guerra pero está dispuesto a librar batalla” titulaba el jueves el Jornal de Noticias . El propio Sócrates, que se define a sí mismo como un “animal feroz”, ya prometió ser candidato.
“Probablemente, el PSD y el CDS (derecha minoritaria) intentarán acordar una solución de gobierno”, declaró hoy el politólogo Manuel Villaverde Cabral. “Pero va a ser difícil”, advierte, porque “el animal feroz no es un mal candidato”.
“¿Y ahora qué’” titulaba en primera página el Diario Económico , reflejando la inquietud de un país “sumergido en la incertidumbre”.