Lombardi dijo también que Benedicto XVI, de casi 86 años, está “ bien y su ánimo es sereno” , e insistió en que no ha renunciado porque esté enfermo, sino por el peso de la edad, de la vejez, y recordó que el propio Pontífice considera que le faltan las fuerzas.
Respecto a la salud de Joseph Ratzinger, Lombardi reiteró que “ “no tiene enfermedades específicas” , pero ratificó que desde hace tiempo lleva un marcapasos y que recientemente fue sometido a una ligera intervención para cambiar las pilas del aparato.
“No se trató de una intervención complicada; al contrario, absolutamente normal, de rutina” , aseguró.
Ante las numerosas preguntas hechas a Lombardi sobre la situación de Benedicto XVI hasta el 28 de febrero, el portavoz precisó que el Papa “ lo será hasta ese día” y que mantiene su agenda sin cambios.