Santiago. aP y AFP. Partidarios del exdictador chileno Augusto Pinochet le rindieron ayer homenaje en medio de fuertes protestas de sus detractores y víctimas de la dictadura, que fueron reprimidos violentamente por un inusitado contingente policial.
Violentas protestas estallaron en las inmediaciones del teatro Caupolicán, en el centro de Santiago, el sitio escogido por los partidarios del general para rendir un homenaje a su figura a través de la exhibición del documental Pinochet, de Ignacio Zegers.
Mientras unos 1.500 partidarios de Pinochet disfrutaban tranquilamente del acto en el interior del teatro, a unas dos cuadras un fuerte contingente policial dispersó con gruesos chorros de agua y gran cantidad de gases lacrimógenos a unos 2.000 detractores de la dictadura (1973-1990). Las autoridades no han informado sobre heridos ni detenidos.
“No se puede homenajear a quien asesinó, torturó e hizo desaparecer personas. Yo misma fui detenida y torturada..., y mi hermano fue asesinado”, dijo Yolanda Contreras, de la Agrupación de Ejecutados Políticos, mientras comenzaban a lanzar los chorros de agua.
El homenaje a Pinochet, el mayor desde su muerte en diciembre del 2006, se dio en el marco de una fuerte controversia previa sobre la libertad de expresión. Mientras el Gobierno adujo que no se podía impedir el acto porque se realizó en un recinto cerrado, los opositores destacaron que el homenaje era tan inaceptable como si en Alemania se ensalzara a Adolfo Hitler.
Al acto no asistió ningún político de la derecha oficialista, que dio sustento ideológico a la dictadura pero que hoy ha optado por desligarse de la figura de Pinochet.
De hecho, ayer, en una entrevista con Televisión Nacional de Chile, el exmiembro de su régimen y actual vocero del Gobierno de Sebastián Piñera, Andrés Chadwick, señaló estar arrepentido de haber apoyado la dictadura. “Hay una situación que sí me arrepiento, que es la violación brutal a los derechos humanos que se efectuó en el gobierno militar”, señaló Chadwick, miembro de la ultrac onservadora Unión Demócrata Independiente .
La dictadura dejó 3.095 opositores muertos, entre ellos unos 1.200 detenidos-desaparecidos, y más de 37.000 víctimas de prisión política y tortura.
El acto fue organizado por la Corporación 11 de Septiembre, en alusión a la fecha en que en 1973 Pinochet derrocó al presidente Salvador Allende, quien prefirió suicidarse para no caer en manos de los golpistas.