Río de Janeiro. AFP Un grupo de 200 hombres de la Policía Civil con el apoyo de un helicóptero realizó ayer un enorme operativo en la mayor favela de Río de Janeiro, Rocinha, en el primer paso a la pacificación de esa comunidad de 120.000 personas en plena zona turística de la ciudad.
“La operación tiene como objetivo acabar con las irregularidades constantes de esta comunidad. Antes de hacer una operación de esta magnitud, procuramos trazar objetivos puntuales para que la población civil no sea afectada”, explicó Marcos Cipriano, del grupo contra el robo y hurto de la Policía Civil.
El operativo comenzó cerca de las 6:00 horas locales, cuando los efectivos entraron, con armas largas y apoyados por un helicópetero, en esta barriada.
De acuerdo con la Policía, 11 sospechosos fueron detenidos. Los agentes hallaron además, en un depósito abandonado de la favela, una cantidad de marihuana inicialmente estimada en dos toneladas, aunque en la tarde los peritos elevaron el volumen a tres toneladas.
El objetivo principal era localizar al jefe del narcotráfico en la favela, Antonio Francisco Bonfim Lopes, alias Nem , de 34 años, considerado el enemigo número uno de la pacificación de la zona por las autoridades locales.
Desde octubre del 2010, las autoridades ofrecen una recompensa equivalente a $3.000 a quien brinde información sobre su paradero.
Los agentes llevaban 30 órdenes de detención y requisa, casi todas ellas contra familiares de Nem, acusados del lavado de dinero proveniente del tráfico de drogas.
Durante el operativo, la Policía informó de que no se registraron intercambios de disparos con los narcotraficantes.
“Tendremos más operaciones aquí (en Rocinha), ya tenemos algunos puntos mapeados y varias órdenes de captura pendientes”, adelantó Cipriano a la prensa.
La pacificación de Rocinha –cercana a los acomodados barrios de Gávea y San Conrado, en la zona sur de Río de Janeiro– había sido aplazada después de la espectacular operación militar llevada a cabo en noviembre en el Complexo de Alemao, en el norte de la ciudad.
Hasta ahora, más de una veintena de favelas han sido pacificadas con la expulsión de los traficantes de drogas. Las autoridades del estado, uno de los más violentos del país, iniciaron en 2008 una carrera contrarreloj para pacificar la ciudad y prepararla para recibir la Copa del Mundo de 2014.