Gen. John Allen File - In this Oct. 10, 2012 file photo, U.S. General John Allen stands during a media conference after a meeting of NATO Defense Ministers at NATO headquarters in Brussels. In a new twist to the Gen. David Petraeus sex scandal, the Pentagon said Tuesday, Nov. 13, 2012 that the top American commander in Afghanistan, Gen. John Allen, is under investigation for alleged "inappropriate communications" with a woman who is said to have received threatening emails from Paula Broadwell, the woman with whom Petraeus had an extramarital affair. (AP Photo/Virginia Mayo, File) (Virginia Mayo)
Washington. EFE. Un pleito entre dos damas dejó a EE. UU. sin su máximo jerarca de inteligencia la semana anterior y, esa misma disputa, ayer volvió a sacudir la cúpula del poder militar del país.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, dejó en suspenso la nominación del general John Allen, investigado por supuestas “comunicaciones inapropiadas” con una de las mujeres implicadas en el escándalo amoroso que obligó a dimitir al exgeneral David Petraeus como jefe de la CIA.
Estaba previsto que el general Allen, comandante de las tropas aliadas en Afganistán (ISAF), compareciera mañana en una audiencia en el Senado para discutir su postulación como comandante aliado supremo en Europa.
El trámite parecía sencillo hasta que el romance de Petraeus y su biógrafa Paula Broadwell se cruzó en su camino.
El portavoz de seguridad nacional, Tommy Vietor, anunció ayer que a petición del secretario de Defensa, Leó n Panetta, Obama frenó la nominación de Allen, sujeta ahora a una investigación abierta por el Pentágono por “comunicaciones indebidas”.
Obama, en todo caso, reiteró ayer su apoyo a Allen quien seguirá al frente de las tropas estadounidenses en Afganistán.
Por su parte, Panetta indicó que el domingo el FBI le pasó información sobre la investigación al general Allen por su relación con la mujer supuestamente víctima de acoso virtual por parte de Broadwell, por lo que ordenó investigar todo.
En el centro de todo está el choque de ambas mujeres, pues la amante de Petraeus le pidió a la mujer “amenazada” mantenerse lejos del exjerarca de la CIA.
El intercambio. El pleito tiene al Pentágono revisando de 20.000 a 30.000 páginas de documentos, muchos correos electrónicos que Allen intercambió con Jill Kelley, amiga de la familia Petraeus, quien denunció al FBI las amenazas de Broadwell, una queja que destapó la infidelidad de Petraeus.
Aunque las autoridades descartan divulgar más datos, al parecer no hay indicios de que la mensajería de Allen y Kelley haya amenazado datos de seguridad sensibles.
Kelley, de 37 años, casada y madre de tres hijos, trabajaba como voluntaria en la base aérea de MacDill, en Tampa, donde era una persona muy conocida pues organizaba actos caritativos, a beneficio de las familias de los militares.
Fue así como conoció a Petraeus y su esposa, Holly, aunque se desconoce por qué conoce a Allen, quien antes de ser destinado a Afganistán en el 2011, había sido el segundo al mando en el Comando Central, con base en Tampa (Florida) .
La cadena CBS afirmó que Kelley dejó su casa en Florida para huir del escándalo. La televisora apuntó también que contrató a un abogado en Washington, Abbe Lowell, y a una gestora de crisis, Judy Smith, quien representó en el pasado a Mónica Lewinsky.
De 58 años, Allen, del Cuerpo de Infantería de Marina, asumió en julio del 2011 el mando de las fuerzas de EE. UU. en suelo afgano, precisamente como sucesor de Petraeus.