Nueva Orleans (AP). Ingenieros trataban el viernes de evaluar las lecturas de presión en el lecho marino, a fin de determinar si el pozo de petróleo de British Petroleum (BP) está bajo control o en peligro de tener una nueva fuga.
“No se han detectado por el momento nuevas fugas, lo cual es alentador. Pero durante el periodo de pruebas del nuevo embudo, las lecturas de presión no son tan altas como se esperaba”, dijo el almirante de la Guardia Costera Thad Allen, el hombre al frente de las operaciones contra el derrame.
Allen dijo que los científicos contemplan dos posibles razones: la reserva que alimenta el pozo podría ser menor a lo esperada luego de tres meses de derrame, o podría haber una fuga sin detectar. Allen ordenó un estudio más profundo pero se mantiene optimista. “Estas son buenas noticias en general”, dijo.
A lo largo del día, nadie ha cantado victoria, o fracaso. El presidente Barack Obama advirtió al público no dejarse llevar por el entusiasmo pues existe el riesgo de más fugas.
El viernes, la presión era de más de 471 kilos por centímetro cuadrado (6.700 libras por pulgada cuadrada), por encima del mínimo que esperaban ver, pero no aún en el nivel de entre 562 y 632 kilos por centímetro cuadrado (8.000 a 9.000 libras por pulgada cuadrada) que querían.
Benton F. Baugh, presidente de Radoil Inc, en Houston, y miembro de la Academia Nacional de Ingenieros especializado en operaciones petroleras submarinas, advirtió que las lecturas de presión podrían significar que existe riesgo de una explosión subterránea. Dijo que el petróleo que sale del pozo podría estarse fugando hacia una bolsa geológica que bien podría no ser capaz de contenerlo.
Pero Roger N. Anderson, profesor de geología marina y geofísica en la Universidad de Columbia, dijo que el lento incremento en la presión podría deberse no a una fuga, sino a alguna clase de bloqueo en el pozo.
La presión va aumentando lentamente, eso significa que la integridad del ducto se mantiene. Y agregó que cualquier incremento en la presión es bueno, no malo.
“Las presiones que hemos visto hasta ahora son consistentes con el trabajo de análisis de ingeniería que BP ha realizado”, dijo el vicepresidente de BP, Kent Wells. “Ha sido una concentración continua”.
Wells también dijo que el trabajo se reanudaría en dos pozos de contención. Estos son la solución permanente del gigante petrolero para acabar con el escape subterráneo que se ha convertido en una de las peores catástrofes medioambientales del país.
Los ingenieros dejaron de perforar uno de los pozos el jueves en caso de que un agujero quedara afectado por los esfuerzos de cierre del tapón.
Ingenieros y científicos continuaron controlando la presión de la tapa. Wells señaló que dos robots submarinos peinaban el fondo del mar, buscando cualquier rastro de petróleo o identificando potenciales problemas.
Aun si la campana pasa la prueba, existen dudas por resolver. ¿A dónde irá el petróleo ya derramado? ¿Cuánto tardará la limpieza de la costa? ¿Qué pasará con los pescadores de la región? ¿La vida en el Golfo volverá a ser la misma?
“Estoy feliz de que el pozo se haya cerrado”, dijo Tony Kennon, alcalde de Orange Beach, Alabama. “Pero veo gente desplazada, gente que perdió su empleo, todo lo que tenían. ¿Cómo puedo estar feliz cuando eso le está pasando a mi vecino?”.
BP finalmente logró cortar el derrame de petróleo al mar el jueves, por primera vez desde una explosión el 20 de abril en la plataforma de BP, Deepwater Horizon, que mató a 11 trabajadores y que provocó la fuga a 1.524 metros (5.000 pies) por debajo de la superficie del mar.