A protester, center, demonstrates against Japan's claim to disputed islands holds a picture of the rocky islands, known as Diaoyu to Chinese and Senkaku to Japanese, reading "Diaoyu belongs to China" as others carry a Chinese national flag and a sign, right, reading: "evil spirits of mountains and rivers" during a rally outside the Japanese Consulate General in Hong Kong Tuesday, Sept. 11, 2012. A territorial flare-up between China and Japan intensified Tuesday as Beijing sent patrol ships near the disputed East China Sea islands in a show of anger over Tokyo's purchase of the largely barren outcroppings from their private owners. (AP Photo/Kin Cheung) (Kin Cheung)
Tokio y Pekín. EFE. Japón compró ayer el terreno de tres islas del archipiélago que se disputa con China, a lo que Pekín respondió enviando dos patrulleras; nuevos desplantes de la reciente escalada de tensión diplomática.
El Gobierno japonés firmó ayer en Tokio el contrato de adquisición del terreno de manos de su propietario nipón, un antiguo terrateniente de 70 años de la provincia de Okinawa, que percibirá 20,5 millones de euros.
Ello motivó la respuesta casi inmediata de Pekín, que reportó el envío de dos patrulleras del servicio de guardacostas ya en las aguas cercanas a las islas para “afirmar la soberanía” china.
El servicio de guardacostas chino “ha establecido un plan de acción para garantizar la soberanía” y tomará medidas según el desarrollo de la situación”, indicó la agencia de noticias oficial Xinhua.
La iniciativa japonesa motivó así manifestaciones ayer en varias ciudades chinas, donde se desarrollaron protestas frente a sedes diplomáticas japonesas.
Poco antes de hacer pública la compra, la Cancillería japonesa había anunciado el viaje de su director general para Asia Pacífico a China para “intercambiar opiniones” en relación al cambio de titularidad de las islas deshabitadas.
El enviado, Shinsuke Sugiyama, ayer mismo se reunió con altos funcionarios del Gobierno, según confirmó ayer el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Hong Lei, aunque no especificó con quiénes se sentó.
Como en días pasados, Hong se limitó a remarcar que las Diaoyu son “parte inherente” del territorio chino y urgió a Japón a que “dé un paso atrás” y vuelva a la mesa de negociaciones, petición que aseguró será transmitida a Sugiyama.
En buenos términos. Medios de prensa chino recordaron ayer que este año se cumplen 40 años de la normalización de relaciones entre China y Japón, por lo que a ninguna de las partes le interesaría lesionar la relación mantenida hasta hoy.
Las islas centraron una controversia en el 2010 tras la colisión en sus aguas de un pesquero chino y de dos embarcaciones de los guardacostas japoneses.
El actual repunte de la tensión y de la fiebre nacionalista se produce en el marco de importantes y delicados momentos políticos en los dos países: Japón prepara elecciones legislativas anticipadas y el Partido Comunista Chino renovará su cúpula dirigente en su congreso de octubre.
Los expertos sí creen que la situación derive en más tensión.
“A pesar de todo su nacionalismo, los chinos no están listos para una confrontación”, opinó Jonathan Holslag, especialista del Instituto de Estudios Contemporáneos de China en Bruselas.
“La compra de las islas por Japón alivia a la mayoría de dirigentes chinos. El envío patrulleras era casi inevitable, pero ahora al menos ya no existe el riesgo de que algún líder nacionalista japonés ocupe las islas”, agregó.