En el libro, el Papa señala que en el Evangelio “no se habla de animales” en el lugar donde nació Jesús, pero tratándose de un pesebre, donde comen los animales, la iconografía cristiana captó muy pronto el motivo y colmó esa laguna y ninguna representación del Portal de Belén renuncia al buey y la mula.
En el texto, el Pontífice también desmiente a san Agustín, que afirmó que la Virgen María habría hecho un voto de virginidad y se habría comprometido con José para que la protegiera. Destacó que esa reconstrucción “está fuera del mundo judío del tiempo de Jesús”.
“¿Es cierto que Jesús fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y nació de santa María Virgen?. Sí, sin reservas”, afirma el Pontífice, quien señala que hay dos puntos en la historia de Jesús en las que la acción de Dios interviene directamente en el mundo material: “el parto de la Virgen y la Resurrección del Sepulcro, en el que no permaneció ni sufrió la corrupción”.
Benedicto XVI subraya que si a Dios solo se le permite actuar en la esfera espiritual y no en la material, “entonces no es Dios”, pero que sí, “que tiene ese poder y con la concepción y la resurrección de Jesucristo ha inaugurado una nueva creación”.