La fina lluvia que cayó casi ininterrumpidamente no frenó a los 50.000 fieles que se congregaron desde las primeras horas del día en el parque Cofton de las afueras de esta ciudad inglesa para asistir a la primera beatificación del Papa desde su elección en 2005. Llegaron con pancartas en las que podían leerse frases como “Papa: estamos contigo al 100%”.
Benedicto XVI –contrariamente a su predecesor Juan Pablo II– no suele presidir estas misas, pero hizo una excepción con Newman (1801-1890) por tratarse de uno de los pensadores cristianos más importantes del siglo XIX y también de uno de los principales conversos procedentes del anglicanismo.
“Sus intuiciones sobre la relación entre fe y razón, sobre el lugar vital de la religión revelada en la sociedad civilizada, y sobre la necesidad de una educación esmerada y amplia fueron de gran importancia (...). Hoy siguen inspirando e iluminando a muchos en todo el mundo”, señaló el Papa, que ha dicho que Newman ha tenido una “gran influencia” en su vida y su pensamiento.
Los fieles, que siguieron la misa bajo los paraguas, escucharon una lectura de Jack Sullivan, el diácono estadounidense cuya repentina curación de una enfermedad grave tras rezarle al cardenal fue el “milagro” que permitió la beatificación.
El Vaticano investiga ahora un segundo caso en México que, de considerarse un milagro, haría santo al fundador de los Oratorios de San Felipe Neri en Inglaterra.
La visita papal –la primera al Reino Unido en cinco siglos– no estuvo exenta de protestas de quienes exigen al Jefe de la Iglesia mano dura contra sacerdotes que abusan de menores, y de personas que cuestionaron el alto costo del viaje.