Jesús Urdaneta conoce a Hugo Chávez desde la Academia militar. Lo secundó en el golpe fallido de 1992, y si bien luego se pasó a la oposición, cuando opina sobre el teniente coronel sabe de lo que habla. Como cuando recordó una historia de su época de cadetes conspiradores: “Una vez me dijo: ‘te voy a decir una cosa que no se la he dicho a nadie, pero sé que es así. Yo soy la reencarnación de Ezequiel Zamora’ (...) Ahora escucho a la gente decir que Chávez se cree la reencarnación de Bolívar. No, a mí me consta que él se cree Zamora”.
La anécdota la cuentan los periodistas Cristina Marcano y Alberto Barrera en
A mediados de julio el Presidente ordenó desenterrar los huesos del prócer, que desde hace siglo y medio descansaban en el Panteón nacional de Caracas, para demostrar que lo envenenó el colombiano Francisco de Paula en 1830 y que no fue la tuberculosis la que lo mandó a la tumba.
Pero como recordaba Urdaneta, Bolívar no es el único en este “Panteón personal” de Chávez. En el altar chavista hay al menos dos santos más: uno familiar y otro social.
Pedro Pérez Delgado fue un caudillo de la región de Barinas de comienzos del siglo XX. Pero, principalmente, fue el bisabuelo materno de Chávez. Pérez Delgado, más conocido como
Recopiló mucho material, pero “en vez de escribir historia prefirió apropiársela, inscribiéndola en su propia vida”, escribe Krauze. Y recuerda otra de esas historias raras pero a la vez verosímiles que abundan en la mitología chavista.
Ocurrió cuando Chávez y los suyos estaban en la cárcel tras el fallido golpe contra Carlos Andrés Pérez. Hubo una sesión de espiritismo, de pronto el teniente coronel sintió una “fuerza extraña” que lo hizo hablar como un “viejito tembloroso”. Choqueados, sus compañeros de celda pensaron que era el mismísimo Bolívar, “pero Chávez, sensatamente, los trajo a la realidad: ‘No me pongan tan arriba’. Uno de los amigos se dio cuenta de la confusión y corrigió: ‘¡Mi general Maisanta!’. ‘Claro, m'ijo, aquí estoy’, respondió Chávez”.
“Pérez Delgado no fue más que un asalta caminos. Yo lo he estudiado a fondo y es una figura insignificante en la historia venezolana”, dice el historiador Guillermo Morón. Ese es el héroe familiar.
“Zamora es una de la figuras más oscuras de la historia de Venezuela. Fue un hombre cruel que mató mucha gente en la guerra federal de los cinco años. De modo que Zamora no es en ningún caso el héroe que describe el Presidente”, opina Morón.
Pero Chávez, como con Bolívar y con su bisabuelo, vio lo que quiso ver, en este caso el héroe social que pelea por los pobres.
“En Barinas, la región de donde es oriundo el Presidente, hay una fuerte carga religiosa sincrética, hay influencias afroindígenas importantes. Y esto también influye en esta devoción por los muertos propios e históricos”, dice el politólogo Daniel Varnagy.
Un párrafo de
También se supone que su novela favorita es
Y en el mismo ámbito de los rumores, se dice que Chávez cuida como hueso santo un escapulario que fue de su bisabuelo
Por sobre sus héroes ya muertos, Hugo Chávez tiene un guía y líder: Fidel Castro. Algunos creen que todo este mausoleo privado no es más que una pantalla. “Toda esa fiesta que ha armado de sus inspiradores es una relación ficticia. No hay sino un inspirador de Chávez y es Fidel Castro, porque pensar que Bolívar quería establecer un régimen como el que busca Chávez es absurdo”, dice el historiador Simón Alberto Consalvi. “Sus ideas están exclusivamente vinculadas al régimen cubano”, agrega.