“Podremos desarrollar este país solo si trabajamos juntos. La unidad es la fuerza, la unidad es necesaria por todas partes y es necesaria sobre todo en nuestro país”, declaró la política.
La premio Nobel de la Paz llegó ayer por la mañana a la provincia de Bago, a unos 100 kilómetros al norte de la capital, desafiando las advertencias del régimen sobre su seguridad.
La policía intentó apartar a los centenares de personas que se situaron a lo largo de las carreteras por donde pasó el cortejo de 30 vehículos que trasladaba a la opositora, miembros de la Liga Nacional para la Democracia (LND), su disuelto partido, diplomáticos y prensa.
Los partidarios de Suu Kyi gritaron al paso de los vehículos y también agitaron banderas que llevaban la inscripción “¡Queremos a la madre Suu!”.
Durante la jornada, la opositora visitó una pagoda e inauguró dos bibliotecas, una en Tha Nat Pin, donde pronunció un discurso ante 600 personas, y otra en Bago, donde habló ante 2.000 personas.
En junio, el gobierno, dominado por militares, advirtió a Suu Kyi que su gira política por la provincia de Bago podía provocar “caos y enfrentamientos”, pero el portavoz de la LND, Nyan Win, aseguró que los miembros de su partido organizarían el desplazamiento con la ayuda de las autoridades.
Al final, la visita a dos pueblos al norte de la ciudad principal de Yangon fue pacífica y Suu Kyi regresó a casa sin ningún incidente.
Suu Kyi se reunió ayer con sus seguidores en Bago y en el cercano pueblo de Thanatpin, donde ofreció un discurso de 10 minutos en el cual hizo un llamado a la unidad y a apoyar su partido político.
También exhortó a los habitantes a perseverar a pesar de las dificultades económicas que han obligado a muchas personas a buscar trabajo en el extranjero. Luego, durante un discurso en Bago, Suu Kyi insinuó que un cambio democrático verdadero tomará tiempo.
“Sé lo que la gente quiere y estoy haciendo lo más posible para cumplir los deseos del pueblo. Sin embargo, no quiero crear expectativas falsas”, manifestó.