Kirov (AFP). El opositor ruso Alexei Navalny denunció este miércoles que el juicio al que está sometido por malversación de fondos públicos tiene como objetivo apartarlo de la política.
“La razón más importante de la existencia de este caso es apartarme de la política”, dijo Navalny en su primer alegato en el juicio, que se reanudó este miércoles en la norteña región de Kirov, a 900 kilómetros de Moscú.
Navalny, que puede ser condenado por este caso a una pena máxima de 10 años en un campo de prisioneros, está acusado de organizar en 2009 el desvío de 400.000 euros de la explotación forestal de Kirovles, lo que él niega.
“No me considero culpable”, declaró durante la audiencia, y dijo no entender las acusaciones en su contra, además de denunciar una serie de fallas en la investigación de los hechos.
“Es un asunto político”, reiteró este abogado y bloguero anticorrupción.
Se trata de una “venganza política”, defendió, por sus revelaciones sobre los escándalos de corrupción que salpican a altos funcionarios y cargos electos, así como por la campaña que llevó a cabo durante las elecciones legislativas de 2011 contra el partido de Vladímir Putin, Rusia Unida.
“Estoy seguro de que todos los ciudadanos implicados en la persecución política ilegal contra mí o contra personas como yo, que luchan contra el Estado corrupto de ocupación actualmente en el poder en Rusia, se enfrentarán un día u otro a un castigo severo, pero justo”, concluyó.
Orador eficaz en las manifestaciones contra Putin, látigo de la corrupción con sonoras denuncias publicadas en internet, Navalny, de 36 años, fue uno de los líderes de las protestas de 2011 para denunciar los fraudes en las elecciones legislativas que ganó el partido de Putin.
La posibilidad de una condena no ha cambiado un ápice su carácter luchador: aseguró que el régimen ruso va a hundirse en “no más de dos años”, y no esconde su ambición de convertirse en presidente y meter en la cárcel a Putin y a sus amigos.