Tras menos de dos años de gobierno de Obama, los republicanos le dieron un vuelco al Poder Legislativo al arrebatar al menos 50 escaños a los demócratas en la Cámara de Representantes (435 escaños en total), según proyecciones a boca de urna hechas por medios de comunicación.
Los republicanos pasarían de 178 a un mínimo de 228 escaños, y los demócratas se situarían en alrededor de 200. Se requieren 218 para controlar la Cámara.
Mientras tanto, los demócratas podrán mantener el control del Senado, aunque su mayoría se verá muy mermada por los avances de los republicanos, según las proyecciones de la televisión.
Las cadenas atribuyeron a la senadora demócrata Barbara Boxer el triunfo en la disputa por un escaño en California frente a la republicana Carly Fiorina.
Con este triunfo, se hace casi imposible que los republicanos puedan sumar los 51 escaños que necesitaban para lograr la mayoría en el Senado, de 100 asientos.
Este movimiento logró meter a decenas de sus candidatos en las filas del Partido Republicano para estos comicios.
La noche se anunciaba larga para los demócratas, con los colegios electorales que cerraban en Alaska a medianoche (2:00 a. m. hora de Costa Rica).
Barack Obama, quien llegó al poder con la promesa de cambiar el estilo de hacer política en Washington, y que dispuso de una gran mayoría para ello, tendrá que hacer gala de toda su habilidad para lidiar con una oposición crecida y prisionera de su ala más populista.
Obama consiguió en poco más de año y medio aprobar una reforma de servicios de salud, lanzar un amplio programa de gasto público para sostener la economía que perdía centenares de miles de empleos al mes y aprobar otra reforma financiera de gran calado, para evitar crisis futuras.
Pero los votantes mostraron su enojo por el desempleo, que se mantiene cerca del 10%, por una deuda pública en números récord y una guerra en Afganistán que amenaza con prolongarse.
Los republicanos han prometido, para empezar, que revocarán la reforma de salud y recortarán drásticamente el gasto público. Un 64% de estadounidenses cree que el país va por mal camino, según la firma Rasmussen.
De confirmarse los resultados, será la primera vez en 80 años que la Cámara de Representantes no cambia de manos al mismo tiempo que el Senado.