Washington. (AFP). El 44.º presidente estadounidense, Barack Obama, juró públicamente su segundo y último mandato ante centenares de miles de personas al pie del Capitolio, con un renovado llamamiento a la unión y la acción ante los desafíos que enfrenta su país.
El primer presidente negro de la historia de Estados Unidos renovó su cargo ante el pueblo como manda la tradición, un día después de haber sido investido oficialmente , como dicta la Constitución, el 20 de enero.
Para enfrentar los obstáculos económicos, para resolver el desafío educativo, para solucionar problemas como la inmigración ilegal o el cambio climático, "ahora más que nunca debemos hacer estas cosas juntos, como una sola nación y un solo pueblo", dijo Obama .
Fue un discurso más corto que hace cuatro años, frente a una situación política más complicada, con el Congreso parcialmente en manos de la oposición republicana.
Obama no hizo gala de grandes ambiciones, pero sostuvo: "Estados Unidos seguirá siendo un faro de alianzas fuertes en todos los rincones del mundo".
"Responderemos a la amenaza del cambio climático, conscientes de que que si no lo hacemos, estaremos traicionando a nuestros niños y a las futuras generaciones", dijo por otra parte el presidente.
Obama también llamó a sus compatriotas a dar "una mejor bienvenida" a los inmigrantes, delineando la que podría ser una batalla por una reforma migratoria integral que satisfaga a los hispanos, uno de los sectores que le dio la victoria en noviembre.
La presencia hispana se dejó notar de forma destacada en la ceremonia pública: el pastor que dio la bendición, Luis León, pronunció en español unas cortas palabras.
"Señor presidente y vicepresidente, que Dios bendiga todos sus días", dijo León, en la primera intervención en español de esas características que se recuerda en la historia de las investiduras.
Obama además, se convirtió en el primer presidente en hablar abiertamente durante una ceremonia de investidura, de los derechos de los homosexuales, según medios norteamericanos.
"Nuestro recorrido no estará completo hasta que a nuestros hermanos y hermanas gay se les trate igual que a todos los demás según la ley porque, si nos han creado iguales de verdad, entonces el amor que profesamos debe ser también igual para todos", dijo.
Previamente un poeta homosexual de origen cubano nacido en España, Richard Blanco, había recitado en inglés una obra especialmente compuesta para la ocasión.
Obama y Biden habían prestado juramento el domingo en sendas ceremonias privadas.
Fue una hispana, la primera mujer de ese origen en llegar a la Corte Suprema, Sonia Sotomayor, que invistió al vicepresidente Joe Biden.
La Carta Suprema estadounidense establece que el mandato presidencial empieza al mediodía del 20 de enero siguiente a las elecciones, pero cuando ese día cae domingo se hace un segundo juramento público.
Es la sétima vez que el presidente estadounidense jura su cargo un 21 de enero.
Frente a la larga explanada conocida como el "Mall", una multitud de unas 800.000 personas agitó banderas, enarboló pancartas y aplaudió con entusiasmo el discurso presidencial.
La asistencia fue considerablemente inferior a los 1,8 millones de 2009, pero el ambiente igual de entusiasta.
"Esto es historia. Esto es aún más significativo hoy porque esta es la segunda vez" declaró a la AFP Audrey, una enfermera negra de 53 años procedente de Florida (sureste), venida expresamente para la ocasión.
Dana, que viajó desde Virginia (este) junto a su marido e hijos, añadió: "Aún falta mucho por hacer: una ley sobre las armas, y también el presupuesto".
La oposición republicana, que brindó por el presidente junto a los demócratas en un almuerzo de gala en el Capitolio, se mostró suspicaz.
"Excelente discurso, una ejecución obviamente excelente", dijo a la AFP el senador y ex candidato presidencial republicano John McCain.
"No escuché mucho de su agenda para su segundo mandato, para decir la verdad, pero quizá me lo perdí", ironizó.
Entre los presentes se hallaban los expresidentes Bill Clinton (1993-2001) y Jimmy Carter (1977-1981). El republicano George Bush (1989-1993), convaleciente de una reciente enfermedad, mandó sus felicitaciones.
Celebridades como la actriz Eva Longoria y la cantante Beyoncé, que cantó el himno nacional, dieron color a la investidura.
Al caer la tarde, de nuevo bajo un sol resplandeciente, el presidente y la Primera Dama desfilaron hasta el número 1600 de la avenida Pensilvania, como manda la tradición, y salieron de su limusina para caminar varias cuadras, rodeados de agentes del Servicio Secreto, ante el clamor de sus simpatizantes.
En la jornada, Obama lució abrigo oscuro y corbata azul celeste, la primera dama Michelle Obama un abrigo estampado de tono gris azulado, y las hijas Sasha y Malia sendos vestidos de tonos violetas.
Unos 30.000 agentes de seguridad entre policías y militares custodiaban el recorrido, con bloques de cemento, vehículos militares con los colores de camuflaje, francotiradores en los tejados de los edificios.
La jornada se cerrará con dos bailes de investidura, animados entre otros por Katy Perry, Stevie Wonder y el grupo mexicano Maná.
De nuevo las festividades serán más austeras, comparadas con los 10 bailes inaugurales de 2009.
El anuncio de tres estadounidenses muertos en Argelia, producto de un asalto de islamistas a una planta de gas en el sur del país que se saldó con un sangriento rescate con más de 60 muertos, ensombreció un tanto la jornada.
Como hace cuatro años, Obama tiene una cargada agenda a partir de este mismo martes, empezando por la negociación con los republicanos para tratar de elevar nuevamente el techo para la deuda pública.
El presidente deberá también definir rápidamente el resto de su gabinete ministerial, del que salen pesos pesados como la secretaria de Estado Hillary Clinton y también los dos únicos ministros hispanos, Hilda Solís y Ken Salazar.
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