Washington. EFE. El presupuesto para el año fiscal 2014 que presentó ayer el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tiende una mano a los republicanos con la inclusión de reformas para reducir el costo de programas sociales y pone en la mira en los millonarios para lograr nuevos ingresos con más impuestos.
Es un plan “fiscalmente responsable” que permitirá “hacer crecer nuestra economía y a la vez reducir nuestro déficit ” , aseveró Obama en una comparecencia en la Casa Blanca al presentar su propuesta, que hace concesiones a la oposición para intentar un acuerdo presupuestario a largo plazo en el Congreso.
Sin embargo, los republicanos ya han adelantado que no van a aceptar que los recortes de gasto estén condicionados a aumentos impositivos para los más ricos, mientras los demócratas más progresistas están descontentos con las reducciones a la Seguridad Social y al plan de salud para ancianos y jubilados Medicare.
La propuesta que Obama envió al Congreso, dos meses más tarde de lo normal, asigna $3,77 billones para el año fiscal 2014, que comienza el 1.° de octubre, con inversiones modestas en infraestructura y educación.
La Casa Blanca calcula que, con esta propuesta, para el 2014 el déficit habrá bajado hasta unos $744.000 millones, lo que equivaldrá a un 4,4 % del producto interno bruto (PIB) frente al 5,5 % previsto para este año fiscal.
“Nuestra economía está preparada para el progreso, siempre y cuando Washington no se interponga en el camino”, afirmó Obama, en referencia a los continuos desacuerdos entre la Casa Blanca y el Congreso sobre el tema presupuestario y la forma de reducir el abultado hueco en las finanzas.
La principal novedad del presupuesto de Obama, el quinto que presenta desde su llegada a la Casa Blanca en el 2009, es el compromiso con la reducción paulatina del gasto de la Seguridad Social y del Medicare, por medio de una fórmula para medir el coste de la vida.
Por otro lado, el presidente busca obtener $580.000 millones en nuevos ingresos por medio de reformas impositivas que afectarán especialmente a las familias de rentas más altas, con el objetivo de reducir el déficit en $1,8 billones en la próxima década.
En cuanto a las inversiones, se prevé destinar $50.000 millones a proyectos de infraestructura, $1.000 millones para la creación de 15 institutos dedicados a potenciar la producción manufacturera y $8.000 millones a programas universitarios.
Asimismo, el presidente plantea mejorar el acceso a la educación preescolar.