Bruselas. AFP. El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, intentó ayer calmar a Rusia sobre el despliegue de misiles Patriot en Turquía, cerca de la frontera con Siria, al aseverar que era una medida “únicamente defensiva”.
En llamada telefónica, Rasmussen explicó al ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, que el despliegue no era una manera “de promover una zona de exclusión aérea u operaciones ofensivas”, afirmó Carmen Romero, portavoz de la OTAN.
Lavrov había transmitido “la preocupación” de su país y advertido de que la instalación de los Patriot podría generar “un conflicto armado grave”. “Cuantas más armas se acumulen, más se corre el riesgo de que sean usadas”, dijo.
Rasmussen explicó a Lavrov que el despliegue estaba destinado a “reforzar las capacidades aéreas de Turquía para proteger a la población y su territorio”.
Las armas pretenden crear un efecto disuasivo ante eventuales amenazas y contribuirá así a rebajar la tensión en la frontera sudesde de la OTAN, según la portavoz.
Turquía pidió oficialmente el miércoles el despliegue de misiles de defensa antiaérea y antimisiles Patriot en la frontera con Siria.
La próxima semana, un equipo de técnicos de la Alianza visitará Turquía para analizar ese posible despliegue de proyectiles, unos cohetes tierra-aire, capaces de interceptar misiles y aviones.
La OTAN anunció que estudiará la solicitud. De 28 miembros de la Alianza Atlántica, solo Alemania, Holanda y Estados Unidos poseen baterías de misiles Patriot.
Rusia, aliada hace tiempo del régimen sirio, al que le suministra armas, bloqueó tres veces, junto con China, las resoluciones occidentales en la ONU contra Damasco.