Varias agencias de la ONU y representantes gubernamentales se reunieron este lunes en Roma para abordar la emergencia humanitaria que vive esa zona del planeta.
Preocupa, sobre todo, la supervivencia de los más pequeños, pues, según Unicef, más de 500.000 niños corren el riesgo de una muerte “inminente” como consecuencia de una “malnutrición grave”.
El encuentro –celebrado en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO)–, sirvió para consensuar las posiciones de los distintos actores comprometidos en la lucha contra el hambre en el Cuerno de África, con miras a la conferencia de donantes del próximo miércoles, en Nairobi.
“La catastrófica sequía requiere una acción masiva y urgente”, dijo el director general saliente de la FAO, Jacques Diouf, quien presidió el encuentro, junto con el ministro de Agricultura francés, Bruno Le Maire.
Diouf afirmó que se necesitan $1.600 millones en los próximos doce meses para hacer frente a la emergencia humana.
Lo que más preocupa a Naciones Unidas es la situación que viven unos 2,3 millones de niños afectados por malnutrición “aguda” tanto en Somalia como en Etiopía y Kenia, los dos países que están recibiendo el mayor flujo de refugiados somalís desde las zonas que padecen la hambruna.
Esta crisis humana amenaza a 12 millones de personas y hace que se corra el riesgo de que una generación de niños sufran discapacidades irreversibles, tanto físicas como cognitivas.