La Cruz Roja logró entrar hasta ayer al sitio, luego de semanas de negociaciones con el régimen, para asistir a parte de las familias que habitaban en el lugar durante los bombardeos. Todas habían huido.
La responsable de Asuntos Humanitarios de la Organización de las Naciones Unidas, Valerie Amos, comenzó ayer su misión en Siria, con una visita a este lugar de Homs para evaluar las necesidades de la población, pero se encontró con un barrio fantasma.
Tras una breve inspección, Amos se dirigió a otros vecindarios de la ciudad, entre ellos la cercana zona de Abel, donde las organizaciones humanitarias han centrado sus esfuerzos pues allí están las más de 450 familias que escaparon de Baba Amr.
Amos se reunió en la capital siria con el ministro sirio de Asuntos Exteriores, Walid al-Mualem, quien aseguró que su gobierno facilitaría la labor humanitaria de la ONU y cooperaría con el enviado internacional para Siria, Kofi Annan, cuya llegada sería el sábado.
Mualem aseguró que el régimen trata de suministrar ayuda médica y alimentos a todos los ciudadanos, aunque le resulta complicado.
“Las injustas sanciones impuestas por algunos países árabes y occidentales sobre Siria afectan a los ciudadanos”, manifestó.
Por su parte, el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan, comenzó ayer una visita a El Cairo, donde tiene previsto reunirse hoy con el secretario general de la organización panárabe, Nabil al-Arabi, para preparar su próximo viaje a Damasco.
“Puedo adelantarles que consideramos toda una serie de asistencia no letal”, reconoció el secretario ante el Senado.
Mientras tanto, el presidente al-Asad insistió en su determinación de “seguir adelante con las reformas y hacer frente al terrorismo”, ante el comienzo de las visitas a Damasco de varios responsables internacionales