Durante una reunión convocada por Ecuador y a la que asistieron 12 cancilleres, la OEA aprobó la resolución por aclamación.
Canadá presentó una nota de pie de página, objetando el texto en su totalidad. Estados Unidos objetó un fragmento de la resolución.
La resolución aprobada tras intensas negociaciones contiene un lenguaje bastante más discreto que el texto presentado por Ecuador al comienzo de la jornada, que calificaba como amenaza a una comunicación emitida por Gran Bretaña el 15 de agosto, según la cual “hay una base legal en el Reino Unido que nos permitiría tomar acciones para arrestar a Assange en las instalaciones actuales de la Embajada”.
De hecho, la versión final no incluyó un fragmento clave propuesto por Ecuador, que buscaba una declaración de solidaridad respecto de cualquier acto que pueda contravenir el principio de la inviolabilidad de su local diplomático en el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
El ministro de Relaciones Exteriores ecuatoriano Ricardo Patiño justificó su concesión para retirar del texto la palabra amenaza, tal como solicitaron Estados Unidos y Canadá a puertas cerradas, al insistir en que “quede claro que los países que suscribimos esa declaración expresamos nuestro absoluto apego a lo que establece la Convención de Viena sobre la inviolabilidad de las sedes diplomáticas y al rechazo a una amenaza, aunque no se le ponga nombre, con tal que diga lo que dice la comunicación”.
El encargado de negocios de la Embajada británica Philip Barton, al intervenir en su condición de país observador de la OEA, reiteró que su gobierno en ningún momento amenazó a Ecuador.
No obstante, se abstuvo de retirar la nota diplomática que llevó a Quito a convocar una reunión de cancilleres en OEA para defender la inviolabilidad de su embajada en Londres, pese a que así lo había solicitado el canciller argentino, Héctor Timerman.
“No nos atemorizamos porque la razón no pide fuerza. Tenemos la razón, otros tienen la fuerza, que será combatida con la razón, el derecho internacional, la soberanía y la solidaridad de los países”, agregó el canciller ecuatoriano.
A diferencia de la propuesta ecuatoriana para mantener abierta la reunión de cancilleres en tanto la situación que motivó su convocatoria no sea definitivamente resuelta, la resolución aprobada ayer encomendó el asunto al Consejo Permanente, una instancia de menor rango dentro de la estructura de la OEA.