Washington. EFE Un sospechoso de enviar cartas con ricina al presidente de EE. UU., Barack Obama, y a un senador republicano fue arrestado ayer en Tupelo (Misisipí) y acusado de intentar usar un arma biológica, informó el Departamento de Justicia.
El jefe de policía de Tupelo, Tony Carleton, confirmó ayer que las autoridades federales detuvieron a un hombre identificado como James Everett Dutschke, según el diario local Northeast Mississippi Daily Journal .
Dutschke ha sido acusado de “desarrollar de forma consciente, producir, almacenar, transferir, adquirir, retener y poseer un agente biológico o toxina para su uso como un arma”, señaló horas más tarde la oficina del fiscal general del Distrito Norte de Misisipí.
El sospechoso comparecerá este lunes ante un tribunal federal en Oxford (Misisipí), y si es condenado, enfrenta penas máximas de cadena perpetua, una multa de $250.000 y hasta 5 años de libertad supervisada, apuntó la oficina en un comunicado.
El arresto se produce cuatro días después de que las autoridades retiraran los cargos contra otro individuo, Paul Kevin Curtis , al que detuvieron la semana pasada tras identificarle como sospechoso.
En la mira. Curtis fue liberado al concluir la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) que no había pruebas de su relación con el caso poco después de que su abogada, Christi McCoy, asegurara que le habían tendido una trampa y durante una audiencia se señalara a Dutschke como posible responsable.
Las autoridades federales registraron el martes y miércoles la casa de Dutshke, aunque se desconoce si encontraron información que le relacione con el envío de las cartas.
En una conversación telefónica el lunes con el Daily Journal , Dutshke negó “categóricamente” cualquier vinculación y aseguró que sólo había visto a Curtis “dos veces” en su vida, debido a que trabajaba con su hermano Jack.
Según las autoridades, las cartas para Obama y el senador republicano por Misisipí, Roger Wicker, fueron enviadas el 8 de abril desde Memphis (Tenesí).
Tras varios análisis, el FBI confirmó que las dos cartas contenían ricina, proteína tóxica cuyo polvo es mortal al inhalarlo si llega al torrente sanguíneo.