Dubai (AFP). La nueva oposición siria unida busca fondos, armas y reconocimiento para derrocar al régimen de Bashar al Asad sin intervención extranjera, pero aún no ha demostrado estar en condiciones de dirigir realmente la lucha en el terreno, según analistas.
La unificación de la oposición "es casi con seguridad un paso importante y significativo", estimó Salman Shaikh, director del centro de Doha del grupo de expertos estadounidense Brookings. "Si demuestra su credibilidad, acortará sin lugar a dudas el tiempo de vida que le queda al régimen", añadió.
Rime Allaf, del centro académico Chatham House de Londres, consideró que, tras este acuerdo de unificación de la oposición siria , "por primera vez hay motivos para tener esperanzas", desde que se inició, en marzo de 2011, la movilización popular contra el régimen de Asad, la cual se fue militarizando a medida que tenía que enfrentar la represión.
La nueva coalición opositora pide ayuda para que los sirios que están en su país puedan "luchar y defenderse ellos mismos (...) en lugar de pedir una intervención internacional, como en Libia".
No obstante, para Allaf, el éxito de la nueva coalición depende del control que pueda ejercer sobre el amplio espectro de grupos armados que luchan contra los militares leales a Asad, entre los que hay islamistas radicales y combatientes que se consideran vinculados con Al Qaida.
La nueva Coalición Nacional siria aumentará su credibilidad si logra "reunir a los grupos militares y dejar a un lado a los yihadistas que no tienen tanto peso como se dice", puntualizó.
Sin embargo, mientras el régimen de Asad siga controlando el espacio aéreo del país, "nada cambiará", afirmó.
Yezid Sayigh, del centro para Medio Oriente de la fundación estadounidense Carnegie, también piensa que "uno de los principales desafíos que enfrenta la nueva coalición es imponer su autoridad al amplio espectro de grupos militares que luchan contra el régimen", algunos de los cuales han sido acusados de violar los derechos humanos y cometer crímenes de guerra.
Para Sayigh, la coalición procura lograrlo, convirtiéndose en "el único canal de ingreso para los fondos que vienen del exterior y adquiriendo" armas antiaéreas más sofisticadas.
La oposición "recibirá importantes sumas (de dinero), en particular de los países del Golfo, y también recibirá armas de otros países", "pero no de Estados Unidos", indicó por su parte Shaikh.
Hoy, el nuevo jefe de la oposición siria unificada, Ahmed Moaz Al Jatib, tenía previsto viajar, unas horas después de la firma del acuerdo en Doha, a la sede de la Liga Árabe en El Cairo, "primer paso en la vía de un reconocimiento internacional", según Catar que patrocinó las negociaciones de la oposición.
En su primera declaración después de su elección, el jeque Jatib estimó que "ahora corresponde a la comunidad internacional cumplir con sus compromisos" y ayudar a los sirios víctimas " de un exterminio sistemático".
Además del jeque Jatib, la dirección de esta nueva coalición cuenta dos vicepresidentes, Riad Seif, un ex diputado, y la militante Suhair Atassi que jugó un papel importante en la coordinación de la revuelta en el interior del país.