La reunión secreta del pasado miércoles en Bruselas, Bélgica, entre el ministro de Relaciones Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, y el de Comercio israelí, Benjamín Ben Eliezer, era el primer encuentro israelí-turco a nivel ministerial después de que un comando israelí atacó una flotilla que trataba de romper el bloqueo israelí a la franja de Gaza y causó la muerte de nueve turcos.
Este incidente evidenció las tensiones que existen en el gobierno de coalición de Netanyahu. Lieberman lo calificó de “insulto a las normas de buena conducta comúnmente aceptadas y (de) golpe severo a la confianza entre el Ministro de Relaciones Exteriores y el Primer Ministro”.
El apoyo de los 15 diputados del partido de Lieberman, el ultraderechista Israel Beitenu, es de suma importancia para la coalición de Netanyahu, pero el actual Canciller es considerado intratable por gran parte de la comunidad internacional que preferiría ver en su cargo a la opositora Tzipi Livni, del partido centrista Kadima.