Savar. AFP. Al menos 124 personas murieron y otras 1.000 resultaron heridas ayer en Bangladés, al derrumbarse un edificio de ocho plantas que albergaba varios talleres de confección en las afueras de la capital, Daca.
Solo la planta baja del edificio Rana Plaza quedó intacta cuando este cayó en horas de la mañana.
El inmueble albergaba dos maquilas de confección de ropa, varios comercios y un banco.
Provistos de perforadoras y palas, cientos de bomberos, soldados y socorristas luchaban con la esperanza de encontrar supervivientes en la montaña de escombros tras el colapso.
“El balance es de 124 muertos, muchos de ellos mujeres”, dijo el subcomandante de la policía de Daca, Masud Hossain.
“Al menos 700 personas eran atendidas en el hospital”, declaró Hiralal Roy, médico de un centro hospitalario próximo al lugar del accidente.
“El balance aumentará, cientos de heridos se encuentran en estado crítico”, declaró el médico.
Según el ministro del Interior, Muhiudin Khan, el edificio se construyó sin respetar la legislación.
Algunos de los obreros de los talleres de confección se habían quejado el martes por la noche, públicamente, de la existencia de fisuras, lo que desató pánico entre los trabajadores. Llegó incluso a ocasionar una avalancha, en la que resultaron heridas 10 personas, pero tuvieron que volver a trabajar por orden de sus jefes.
“Los responsables nos obligaron a volver y una hora después el edificio se derrumbó con un gran estruendo”, contó Musumi, obrera de 24 años, quien estima que unas 5.000 personas trabajaban en el lugar.
“Estoy herida. No encontré a mi marido, que trabajaba en la cuarta planta”, añadió.
Uno de los talleres era New Wave Style, que en su página Internet afirma que trabaja para la compañía española Mango y la italiana Benetton.
La industria textil de Bangladés es la segunda más importante del mundo, pero llueven las críticas contra ese sector por no respetar las normas de seguridad. En noviembre de 2012, un incendio en una fábrica causó 111 muertos. Los derrumbes de edificios en Bangladés son corrientes, pues las normas de seguridad en construcción se aplican rara vez.