Luxor (Egipto). Ramsés II, uno de los gobernantes más poderosos del antiguo Egipto, amaba apasionadamente a su esposa Nefertari. Tres mil años después de su muerte, el mundo podrá ver cuán ardiente era esa pasión.
Bajo las arenas candentes del Valle de los Reyes, en Luxor, finalmente el sábado pasado se abrió al público --por primera vez desde su descubrimiento, en 1904-- la tumba que Ramsés hizo construir para su reina como símbolo de amor.
"Realmente esta es la tumba más fascinante de la ribera occidental de Luxor... y hasta de todo Egipto", dijo Mohammed el-Soghayer, director de la oficina en esta ciudad del Consejo Supremo de Antigüedades.
"Evidentemente se construyó con la participación de los mejores artistas de la época de Ramsés II, quien hizo erigir este monumento real debido a su gran amor por Nefertari. El quería que tuviera la mejor tumba posible", agregó.
Pero las inundaciones, los cristales de roca salina y los ladrones de tumbas impidieron que el faraón inmortalizara a su amada.
La cripta de 520 metros cuadrados con algunas de las más hermosas pinturas de la civilización egipcia fue casi totalmente destruida aún antes de ser descubierta por el egiptólogo italiano Ernesto Schiaparelli.