CELEBRACIÓN DE AÑO NUEVO EN KUALA LUMPUR YUS20401 KUALA LUMPUR (MALASIA), 31/12/2010.- Fuegos artificiales iluminan el cielo al lado de las torres Petronas para dar la bienvenida al Año Nuevo en Kuala Lumpur, Malasia, donde ya es 1 de enero de 2011. EFE/Ahmad Yusni (AHMAD YUSNI)
Al mismo tiempo que miles de australianos resisten a las inundaciones sin precedentes que azotan el noreste de la isla continente, los habitantes de Sidney se reunieron para contemplar los fuegos artificiales lanzados desde el puente Harbour para festejar la llegada del nuevo año.
En Europa, tras una inusual ola de frío que produjo cortes de electricidad y agua e impidió viajar a decenas de miles de personas, más de 250.000 individuos se instalaron en las orillas del Támesis, en Londres, para escuchar cómo el Big Ben despedía los últimos segundos del año.
Millones de juerguistas celebraron el cambio de año delante del Coliseo de Roma, cerca de la puerta de Brandeburgo en Berlín o en los Campos Elíseos en París.
En Alemania, una batalla gigante de bolas de nieve, que tenía que movilizar a unas 8.000 personas el 1° de enero en la capital, fue prohibida por miedo a que terminara mal.
En Nueva York, después de una intensa tormenta de nieve que afectó el noreste de Estados Unidos, los trabajadores se apresuraron a sacar la nieve de Times Square para que un estimado de un millón de personas pudieran presenciar la famosa cuenta atrás de final de año.
En Sidney, más de 12 horas antes del inicio de los festejos, ya algunas personas se acercaban al puerto para encontrar un buen sitio, mientras la playa de Bondi Beach estaba llena de gente.
Si el noreste de Australia está bajo las aguas, la región sureña de Adelaida es víctima de una ola de calor con temperaturas extremas que alcanzan los 43°C.
En Asia, los fuegos artificiales en la bahía de Hong Kong posiblemente reunieron a 400.000 personas. Además, millones de japoneses se retiraron a los templos sintoístas para “purificarse”.
Pese a que el nuevo año chino, a principios de febrero, da lugar a una celebración mucho más importante en Asia, miles de chinos, indios y vietnamitas también festejaron este cambio de año.
En Bombay, la capital económica india, las autoridades permitieron que se celebre el año nuevo durante toda la noche, aunque los servicios de información se mantendrían vigilantes por posibles riesgos de atentados.
Bombay fue, en noviembre del 2008, blanco de atentados islamistas donde murieron 166 personas.
El gobierno local amplió el horario de apertura de bares, hoteles y restaurantes hasta las cinco de la madrugada.
Las fiestas en los barcos en la bahía de Bombay fueron, en cambio, prohibidas por tercer año consecutivo para limitar riesgos en materia de seguridad.
Según la policía india, cuatro miembros del Lashkar e Taiba (LeT), un grupo islamista armado clandestino pakistaní, preparaban “un atentado violento” para las fiestas de fin de año.