Ciudad Juárez, México. AFP. El Gobierno de México reiteró su reclamo a EE. UU. por el uso desproporcionado de fuerza de la Patrulla Fronteriza, tras el asesinato de un joven cerca a un paso limítrofe, que ayer generó indignación en políticos y vecinos de la frontera.
La canciller Patricia Espinosa dijo que México insiste en que haya una investigación exhaustiva y seguirá de cerca los avances de la pesquisa por la muerte del adolescente, bajo un puente fronterizo sobre el río Bravo, en la conflictiva y violenta Ciudad Juárez, vecina de El Paso (Texas).
Los padres del adolescente aseguran que fue asesinado en territorio mexicano y que no tenía intención de cruzar a Estados Unidos. Su cadáver quedó tendido del lado mexicano bajo el puente donde, según sus compañeros, se encontraba jugando, junto al río que en ese trecho apenas es un hilo de agua.
El departamento de Estado lamentó el hecho y anunció que el guardia que hizo los disparos fue separado del cargo.
La versión inicial de la Patrulla Fronteriza es que uno de sus miembros disparó al ser agredido a pedradas por personas que intentaban cruzar la frontera.
Espinosa insistió en solicitar que los agentes fronterizos no hagan un uso proporcionado de la fuerza, un pedido similar al de la semana pasada cuando otro mexicano, de 42 años, murió tras una violenta paliza de agentes fronterizos en San Diego (California).
A las dos muertes de los últimos días, se suma la tensión generada por la inminente entrada en vigencia de una ley considerada como discriminatoria para los inmigrantes en Arizona, donde viven unos 460.000 extranjeros que han ingresado en forma ilegal, de ellos un 90% son mexicanos.