A man holds a photo said to be the body of Moammar Gadhafi after announcement of the former leader's death in Tripoli, Libya, Thursday, Oct. 20, 2011. Libya's information minister said Moammar Gadhafi was killed Thursday when revolutionary forces overwhelmed his hometown, Sirte, the last major bastion of resistance two months after the regime fell. Amid the fighting, a NATO airstrike blasted a fleeing convoy that fighters said was carrying Gadhafi. (AP Photo/Abdel Magid al-Fergany) (Abdel Magid al-Fergany)
Los exrebeldes que hoy gobiernan están desorganizados, enfrentan la reconstrucción de un país despojado de instituciones y ya han mostrado indicios de luchas internas por diferencias entre zonas geográficas y diferencias religiosas.
Gadafi murió ayer cuando las fuerzas revolucionarias tomaron la ciudad de Sirte, el último bastión de resistencia dos meses después de que su régimen cayó.
“Hemos esperado este momento durante mucho tiempo. Han matado a Muammar Gadafi”, manifestó el primer ministro Mahmud Yibril, en Trípoli.
El gobierno de transición informó más tarde que uno de los hijos de Gadafi, Mutassim, también murió en Sirte y otro, su aparente heredero Seif al-Islam, fue capturado con un herida de bala en una pierna.
Mientras miles de libios salieron a las calles de Bengasi, Misrata y Trípoli para festejar la muerte de Gadafi, con disparos al aire, bocinazos y bailando de alegría, líderes occidentales saludaron el fin de la guerra en Libia con la muerte del dictador.
“Hoy, el Gobierno de Libia anunció la muerte de Muammar Gadafi. Ello marca el fin de un capítulo largo y doloroso para los habitantes de Libia, que ahora tienen la oportunidad de determinar su propio destino en una Libia nueva y democrática”, manifestó el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
Para Obama, la campaña de la OTAN en apoyo a los rebeldes mostró la “enorme capacidad” de la acción multilateral y la operación ayudó a los libios a escribir su propia historia.
Francia y Gran Bretaña, que tuvieron un papel preponderante en el impulso de esa resolución, también se congratularon por el fin de la era Gadafi.
El canciller francés, Alain Juppé, anunció que la OTAN cesará sus operaciones cuando el Consejo Nacional de Transición (CNT) declare al país enteramente liberado.
Gadafi es el primer gobernante muerto producto de la primavera árabe, una serie de levantamientos populares que recorren Oriente Medio para exigir el fin de los regímenes autocráticos y el establecimiento de una mayor democracia.
Su muerte marca el fin de un régimen que convirtió a Libia en un paria internacional y que dirigió al país petrolero con el capricho y la brutalidad de su líder, que era aparatosamente excéntrico.
Un video difundido por la televisora árabe al-Yazira mostró que Gadafi, de 69 años, fue capturado herido, pero vivo, en Sirte. Se ve de pie con el rostro y la camisa ensangrentados mientras es empujado, y parece tropezar, gritar y forcejear con sus captores.
Un video posterior muestra a revolucionarios que giran el cuerpo del coronel en el suelo, con el torso desnudo y la cabeza sangrante.
“Gadafi se desangró hasta la muerte una media hora después”, dijo Fathi Bashaga, portavoz del Consejo Militar de Misrata, cuyas fuerzas participaron en el ataque. Los combatientes aseguraron que murió en la ambulancia, camino a Misrata, a casi 200 km de Sirte.
Abdel-Yalil Abdel-Aziz, un médico que acompañó el cuerpo en la ambulancia y lo examinó, detalló que Gadafi murió de dos balazos, en la cabeza y el pecho.