Vestida con su hábito azul de monja, sor María Gómez Valbuena evitó responder a las preguntas del magistrado, antes de salir del juzgado madrileño, sin decir una palabra y protegida por la Policía.
“¡Qué verguenza, y encima la protegen!”, grita Paloma Pérez, de 55 años, antes de asegurar : “Yo no sé ni quién soy”. Nacida en la Clínica Santa Cristina de Madrid en 1957, Pérez cree que puede ser un bebé robado al nacer.
Es el mismo hospital donde prestaba sus servicios sor María el 31 de marzo de 1982 cuando María Luisa Torres, que hoy tiene 58 años, fue a dar a luz.
Esta enfermera acusa a la religiosa de haberle robado a su bebé, que aceptó confiarle temporalmente hasta lograr una situación financiera más desahogada.
Su denuncia, la primera que lleva adelante un juez, hizo que la monja compareciera sobre un tema sensible en España donde se teme que miles de personas pudieron haber sido separados de sus padres o sus hijos durante la dictadura.