LISBOA. EFE Y AP. Cientos de miles de portugueses llenaron ayer el centro de la capital en el inicio de las marchas convocadas en las principales ciudades lusas para protestar contra la política de austeridad del Gobierno conservador y la “ troika ” .
La plaza Marqués de Pombal y la avenida Liberdade de Lisboa estaban repletas de manifestantes, quienes desde la hora de inicio de la concentración pedían solución al desempleo (que llegó el mes pasado al 17,6 %) y la grave crisis económica y social.
Entre los manifestantes había estudiantes, jubilados y familias, con pancartas y consignas que reclaman la dimisión del gobierno conservador y el fin de la intervención de Portugal por parte de la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), conocidos como la troika.
Los comentaristas de varias estaciones de radio y de televisión lusas coincidieron en considerar que la afluencia de manifestantes es la mayor que se ha visto en Portugal en los últimos dos años, cuando se han multiplicado las protestas contra los recortes presupuestarios exigidos por el rescate financiero del país.
Las manifestaciones que recorren el centro de Lisboa y otras cuarenta ciudades de todo el país fueron convocadas por el movimiento cívico “Que se lixe a troika” (Que se fastidie la troika) que ya organizó en setiembre pasado una de las protestas más multitudinarias de los últimos años en el país.
A la marcha se han integrado varios gremios profesionales, como el docente y el sanitario, además los grandes sindicatos y partidos de la izquierda lusa, cuyas “mareas”, como denominaron a las manifestaciones sectoriales, se juntaron en la plaza Marqués de Pombal para desfilar después por la avenida Liberdade.
Se anticipa que Portugal padecerá un tercer año consecutivo de recesión en el 2013.
El movimiento de los miles de afectados anunciaron concentraciones de apoyo en ciudades del extranjero como Londres, Boston, París, Madrid y Barcelona.
Los manifestantes entonaron los lemas de la Revolución de 1974, en una de las mayores protestas contra el Ejecutivo de Pedro Passos Coelho desde que llegó al poder hace veinte meses.