El multitudinario festejo arrancó en ciudad de México con la ceremonia del
“Hoy se enciende una luz que simboliza una nueva conciencia por el despertar de México”, dijo con fondo de tambores, una de las participantes del ritual.
La Alcaldía capitalina estimó que unas 60.000 personas llegaron a la plaza del Zócalo y sus alrededores, mientras que una multitud que podría alcanzar el millón de asistentes se concentraba sobre el paseo de la Reforma.
Esa amplia avenida fue cerrada por un desfile de carrozas alegóricas a diferentes momentos históricos de México.
Para medianoche estaba prevista la ceremonia del “Grito de Independencia”, que encabezaría el presidente Felipe Calderón, acompañado de la mandataria costarricense, Laura Chinchilla.
En esa ceremonia se recuerda el ‘Grito de Dolores’, el llamado a la sublevación hecho por el cura Miguel Hidalgo en el estado de Guanajuato, el 16 de setiembre de 1810, y que marcó el inicio de la guerra de independencia.
Los festejos se realizaron en más de 2.000 localidades, en medio de medidas de seguridad que incluyeron el despliegue de 74.000 militares y policías, para evitar que la violencia del narcotráfico empañara la celebración.
La ceremonia en la capital mexicana, organizada a un costo de 40 millones de dólares, incluyó el despliegue de 45 pantallas gigantes, la detonación de ocho toneladas de fuegos artificiales y un espectáculo de luz y sonido creado por una empresa que participó de las inauguraciones de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 y Sidney 2000.
Algunos mexicanos consideran esa ceremonia como un derroche. Los festejos habrían sido mejores si se hubiera invertido en obras públicas, pero “un desfile con muchos trajes pasará al olvido”, dijo Rebeca López, historiadora del centro de investigaciones de la Universidad Autónoma de México.
Pese al temor, los festejos solo fueron suspendidos o se harán a puertas cerradas en una decena de municipios.
En Ciudad Juárez, vecina de El Paso (Texas, sur de Estados Unidos) y considerada la más violenta de México con casi 2.000 muertes este año, la ceremonia estaba prevista, por primera vez, a puertas cerradas, informó el alcalde José Reyes Ferriz.
En Tamaulipas (noreste), escenario en agosto del asesinato de 72 migrantes de Centro y Suramérica a manos del cartel de Los Zetas, se mantuvo la ceremonia, inclusive en San Fernando, el pueblo donde ocurrió la matanza.
Las lluvias, las más fuertes registradas en México y que dejan un millón de afectados según el Gobierno, podrían empeorar por el paso de la tormenta