México acorrala a importante cartel con nuevo arresto
Capo del cartel de hermanos Beltrán Leiva cayó tras 10 meses de pesquisas
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México. AFP. El Gobierno mexicano aseguró ayer tener contra las cuerdas al cartel de los hermanos Beltrán Leyva, uno de siete que operan en el país, con la detención el domingo de Sergio Villarreal alias el Grande, el segundo capo de esta organización detenido en las últimas dos semanas.
Con esta captura, el debilitamiento del cartel “será sustancial”, dijo ayer el vocero de la Secretaría de Marina Armada, José Luis Vergara, en la presentación a la prensa de el Grande.
Este grupo es acusado de introducir toneladas de cocaína a EE. UU. y haber corrompido a altos funcionarios mexicanos, como el exzar antidrogas Noé Ramírez y el director de la oficina de Interpol en México, Ricardo Gutiérrez, ambos detenidos en el 2008.
Las investigaciones para el arresto de Villarreal, expolicía de casi dos metros de estatura, se iniciaron hace 10 meses y contaron con información de “agencias de Centroamérica, Colombia y Estados Unidos”, explicó el vocero.
El Grande, de 41 años, era considerado el número dos de Héctor Beltrán Leyva y quien encabezaba el enfrentamiento que ambos mantuvieron contra el también detenido Édgar Valdez la Barbie por el control del cartel desde la muerte del anterior líder, Arturo Beltrán, en un operativo militar.
La muerte de Arturo Beltrán en diciembre “provocó una escisión dentro de la organización”, dijo Vergara en la presentación.
Débil. Tras la captura de Villarreal y de la Barbie, el 30 de agosto, Héctor Beltrán se perfila como jefe absoluto de la organización, una de las más extendidas en el país pero que “queda muy debilitada” tras todos estos golpes de la fuerzas de seguridad, insistió Vergara.
La captura de Villarreal, por quien la Fiscalía ofreció una recompensa de $2,2 millones, es el quinto gran logro del Gobierno mexicano este año en su lucha contra el crimen organizado.
Entre otros logros, está la muerte en un operativo en julio de Ignacio Nacho Coronel, considerado el número tres del cartel de Sinaloa.
No obstante, la caída de estos capos sigue sin detener la espiral de violencia ligada al hampa, por la cual hay más de 50.000 soldados movilizados y en el que se han registrado más de 28.000 muertes desde que asumió el presidente Felipe Calderón en diciembre de 2006.
El choque entre el Grande y la Barbie causó decenas de muertos, muchos de los cuales aparecieron decapitados o colgados de puentes en ciudades como Acapulco o Cuernavaca.
Vergara adelantó ayer que “habrá algún otro acomodo” en la dirección del cartel que podría derivar en más violencia.
El Grande fue detenido junto a dos presuntos colaboradores el domingo en una zona residencial de la ciudad de Puebla, a unos 130 kilómetros al sureste de la capital mexicana, en un operativo de la Marina en el que no se disparó un tiro, a diferencia de lo que ocurrió en los que se abatió a Arturo Beltrán o a Nacho Coronel.
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