En el discurso, al que también acudió parte del gabinete de Barack Obama, Calderón también llamó al Congreso para que actúe y ponga un freno al flujo de armas que nutren a los carteles de la droga desde Estados Unidos.
“Mi gobierno no favorece que se rompan las reglas, pero lo que necesitamos hoy es arreglar un sistema que no funciona”, dijo Calderón, cuya gira de dos días a Washington ha estado centrada en la migración y la suerte de millones de ilegales.
Una reforma migratoria integral fracasó en dos ocasiones en el Congreso, en el 2006 y 2007, a pesar del apoyo del gobierno republicano de George W. Bush. Obama ha hecho también de esa reforma uno de sus objetivos legislativos, pero el miércoles, al recibir a Calderón, reconoció que carece de los votos suficientes.
“Es tiempo ya de que Estados Unidos y México trabajemos juntos en este asunto”, apuntó Calderón, quien fustigó otra vez la ley de Arizona, que declara delito estatal la migración ilegal.
“Es una ley que ignora una realidad que no puede borrarse por decreto, sino que también introduce una terrible idea, usar los rasgos raciales como base para aplicar la ley”, agregó Calderón.
Al político lo recibieron con calurosos aplausos, que también interrumpieron su discurso en varios momentos, sobre todo en las menciones a mitigar el narcotráfico.
Eso sí, cuando se refirió a la ley de Arizona, los republicanos permanecieron sentados y en silencio, al contrario de los demócratas, que aplaudieron de pie.
El mandatario mexicano pidió al Congreso cooperación para detener el flujo de armas, al tiempo que dijo comprender “la sensibilidad política de este tema” en EE. UU., donde la Segunda Enmienda garantiza a los ciudadanos derecho a tener armas.
“Entiendo que el propósito de la Segunda Enmienda es garantizar a todos los buenos ciudadanos americanos la capacidad de defenderse a sí mismos y a su nación. Pero créanme: muchas de estas armas no están terminando en manos de americanos honestos”, les dijo a los legisladores.
Calderón pidió reactivar la prohibición de venta de armas de asalto, que expiró en 2004. Un 80% de las armas incautadas a los carteles de la droga proviene de Estados Unidos, recordó.
El líder mexicano defendió su ofensiva contra los carteles, pero recordó que el origen de la inseguridad está en la alta demanda de drogas al otro lado de la frontera.
“Es una batalla que tiene que ser peleada, porque lo que está en juego es el futuro de nuestras familias”, añadió, lo que suscitó esta vez aplausos unánimes.
El presidente Obama aseguró, tras recibir a su colega Calderón el miércoles en la Casa Blanca, que Estados Unidos es consciente de su responsabilidad, y que el nivel de cooperación actual con México en la lucha antidrogas no tiene precedentes.
Este fue el primer discurso de un presidente mexicano al pleno del Congreso de EE. UU. desde el 2001. Al concluir, Calderón condecoró a la viuda del demócrata Ted Kennedy con la más alta distinción mexicana por su lucha por los inmigrantes.