Monterrey, México. AFP Tres familiares de un policía de la ciudad mexicana de Monterrey (norte) detenido en relación con un ataque de narcotraficantes contra un casino que dejó 52 muertos, fueron asesinados, informó ayer el Gobierno del estado de Nuevo Léón.
Hombres armados irrumpieron la tarde del miércoles en una casa y dieron muerte a balazos al “padre, la madrastra y el hermanastro del policía Miguel Barraza”, detenido por su probable participación en los hechos del Casino Royale, dijo en rueda de prensa Jorge Domene, vocero de Seguridad Pública de la ciudad de Nuevo León, cuya capital es Monterrey.
El vocero confirmó que en el lugar se encontraron mensajes según los cuales los asesinatos “se atribuyen a la lucha de carteles de las drogas”, en este caso Los Zetas.
Algunos de los detenidos por el incendio del casino han reconocido formar parte de este grupo de narcotraficantes y, según la prensa local, los asesinatos serían en represalia porque el policía Barraza habría revelado nombres de otros participantes en el atentado.
El policía, añadió Domene, se encuentra recluido en la Fiscalía Federal Antidrogas, en ciudad de México, “bajo los debidos protocolos de protección”.
Monterrey, la tercera ciudad del país, ha vivido en las últimas horas distintos hechos de violencia que dejaron 17 muertos el miércoles y al menos siete más, tres de ellos policías de Tránsito, durante la mañana del jueves.
Por el incendio del casino hay seis hombres detenidos, incluido Barraza, y el miércoles se difundieron las identidades de otros cuatro sospechosos. Entre ellos, está el hermano del alcalde de Monterrey, Fernando Larrazábal, quien aparece en un video recibiendo dinero en un casino de la urbe.
Monterrey, con cuatro millones de habitantes, se ha convertido en escenario de múltiples actos de violencia, atribuidos por las autoridades al cartel de Los Zetas, que fue creado por militares desertores y que libra una pugna con sus antiguos jefes del cartel del Golfo.
La violencia derivada de la lucha contra los carteles del narcotráfico ha dejado más de 41.000 muertos en México desde diciembre del 2006, cuando se lanzó un operativo antidrogas en el que participan más de 50.000 militares.