Ciudad de Panamá. AFP. La conflictiva relación entre la prensa en Panamá y el gobierno de Ricardo Martinelli alcanzó esta semana nuevos niveles de confrontación, luego de que el mandatario se declarara “harto” de las críticas de los medios y amenazara con acciones legales contra periodistas.
Las afirmaciones del gobernante generaron fuertes reacciones de la prensa, que se sintió respaldada por una encuesta de la empresa Dichter & Neyra, publicada el miércoles, según la cual 63% de 1.200 entrevistados cree que el Gobierno no respeta la libertad de expresión.
“A veces a uno lo acorralan con cosas que realmente no tienen ningún fundamento”, manifestó el jueves Martinelli, quien a la vez ofreció disculpas a quien se haya sentido ofendido.
No obstante, las preocupaciones no han disminuido en sectores de la prensa que sienten un clima de hostilidad creciente de parte de la administración Martinelli.
“Estamos a las puertas de un proceso electoral y no es el momento para que un presidente esté anunciando confrontaciones”, dijo Eduardo Quirós, de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
El último encontronazo ocurrió esta semana con el diario La Prensa , que sugirió el pago de sobreprecios en las contrataciones para el reciente carnaval capitalino, lo que enfureció a Martinelli.
Choques. El mandatario dijo que La Prensa publica “lo que sea” y “de quien sea” con tal de perjudicar a su gobierno: “Estoy harto de la manera como me están tratando los medios a mí y a mi familia”, afirmó, tras lo cual amenazó con tomar acciones legales contra los medios de comunicación, una vez que concluya su mandato.
El presidente, un magnate de los negocios a quien sus opositores califican de “autoritario”, ha tenido numerosos choques con medios que critican su gestión.
Según un documento del sindicato de periodistas, las amenazas y demandas contra periodistas se multiplicaron por cinco en los últimos dos años del gobierno, que pasaron de 12 episodios en 2010 a 67 en 2012.
Un reciente informe de Reporteros Sin Fronteras (RSF) señaló que Panamá descendió del puesto 55 al 111 en un ranquin de 179 países sobre libertad de expresión.
“Quienes se atreven a denunciar la corrupción son amenazados y difamados por adeptos al régimen”, dijo Rafael Candanedo, presidente del Consejo Nacional de Periodistas.